Por Emilia Ottogalli
La parálisis del sueño es uno de una larga lista de trastornos del sueño. Se trata de una patología que se manifiesta como una incapacidad para moverse entre el período de sueño y el de vigilia, es decir, a la hora de dormirse o despertarse. Según los especialistas, todas las personas experimentan un episodio por lo menos una vez en su vida. Hay quienes lo padecen con una frecuencia casi diaria. Gina es una joven de 21 años que convive con la parálisis desde hace cinco.
Este tipo de trastornos suelen aparecer como resultado del estrés, la situación de Gina no fue diferente. “El día que me pasó por primera vez me había peleado con mi mamá porque tenía problemas en la escuela. Ella me fue a despertar después de algunas horas de siesta. Abrí los ojos e intenté levantarme de la cama, pero no me podía mover, me empecé a desesperar. En mi mente intentaba moverme y no podía, cada vez sentía el cuerpo más pesado”, contó. Entonces, detalló un poco más todo lo que había sentido: “Empecé a ver todo más oscuro, pero era de día, comencé a escuchar voces, balbuceos, y como que alguien se sentaba en la cama y me miraba, pero no podía ver quién. Sólo me desesperaba aún más”.
No hay un tiempo preciso de lo que duran los episodios, son diferente en cada paciente y en cada ocasión. Mayormente suelen durar menos de un minuto, y como máximo pueden llegar hasta los 5, aunque no es usual. Para Gina, la más larga fue la primera, pero no lo sabe con exactitud. “Tres minutos se pueden transformar en media hora, cuando en el único lugar donde te podés mover es dentro de tu cabeza”, explicó.
Respecto a las alucinaciones, afirmó: “Empezaba a ver cosas, sombras, siluetas de personas inclusive. Con el tiempo fueron más fuertes”. Y describió con palabras algo que, aun así, cuesta imaginar: “Uno se siente como muerto. Estás muerto, pero podés mover los ojos y respirar. No podés moverte, ni hablar, ni podés hacer nada. Lo que se intenta es cerrar los ojos y no ver, porque si uno los mantiene abiertos aparecen las alucinaciones”.
El diagnóstico de la parálisis del sueño no suele ser rápido. Muchas veces hay que visitar varios médicos y especialistas hasta dar con la respuesta correcta. Por eso es importante “que la gente sepa que hay que ir a un neurólogo que sepa del tema”.
“Luego de varios estudios con un neurólogo especializado en casos como el mío, nos dimos cuenta de que cuando tengo Parálisis del Sueño me vienen descargas de Epilepsia. A raíz de haber empezado a tomar algunos anticonvulsivos y de hacer ejercicio, la situación mejoró significativamente”, relató sobre su propia experiencia.
Gina fue directa a la hora de describir lo que se siente cuando se presenta un cuadro: “Estás desesperado por salir de eso, como sea. Buscás la forma de moverte, intentás hacer que las sombras y los ruidos no estén ahí. El sentimiento, sin dudas, es el de desesperación”. Y aseguró que lejos de sentir alivio cuando termina, lo que produce es “miedo”. Miedo a que vuelva a pasar.
Es importante destacar que este trastorno no tiene cura, por lo menos, hasta el momento. Sin embargo, sí existen tratamientos, que varían según los diversos casos, y cuyo fin es aliviar el cuadro, disminuir la intensidad de los episodios. Lo fundamental es detectarlo.