La canciller Angela Merkel ha llevado adelante una política efectiva para frenar la pandemia, aunque un sector de la población exige reactivar la economía
Miles de manifestantes volvieron este sábado a protestar en varias ciudades de Alemania contra las restricciones impuestas por el gobierno de la canciller Angela Merkel para frenar la epidemia del nuevo coronavirus, que ya causó más de 168.000 contagios y 7.300 muertes en el país.
La principal manifestación tuvo lugar en Stuttgart, en el sudoeste del país, donde la Policía registró una gran afluencia pero sin dar un número exacto de personas, reportó el diario Die Welt. La protesta se desarrolló sin incidentes y la mayoría de los asistentes respetaron las normas de prevención y distancia social, detalló un vocero de la fuerza pública.
La convocatoria de este sábado fue la quinta impulsada en la ciudad por el empresario informático Michael Ballweg, quien calificó a la protesta como «no partidista» y en defensa de los derechos civiles. Ballweg había solicitado a las autoridades la participación de hasta 50.000 personas pero el municipio autorizó el evento limitado a 10.000 manifestantes por considerar que una cifra superior no habría sido manejable.
«Era decisivo que nadie se contagiase en la manifestación», dijo un portavoz de la municipalidad, citado por la agencia de noticias DPA. La iniciativa de Ballweg fue emulada en otras ciudades alemanas, como en Múnich, donde protestaron hoy unas 3.000 personas por considerar las medidas anticrisis demasiado restrictivas.
Los organizadores habían presentado un permiso para manifestarse, pero solo para 80 personas, precisó un vocero de la Policía local. Testigos señalaron que los manifestantes, entre los que había opositores a la aplicación de vacunas, acusaron a las autoridades del ámbito político y también a los médicos de generar pánico y de recortar los derechos básicos de la población.
A diferencia de Stuttgart, algunos de los participantes no respetaron en absoluto la normas de prevención y distancia social exigidas por las autoridades para evitar el contagio por Covid-19, por lo que los agentes policiales trataron por megáfono de instar a su cumplimiento.
Los efectivos desistieron de disolver la convocatoria, ya que todos los participantes se comportaron de forma pacífica pero sí disolvieron una manifestación simultánea organizada por un grupo de derecha, a la que acudieron 25 personas.
Algunos altercados fueron también registrados en protestas similares efectuadas hoy en Berlín, donde el municipio ha prohibido por el nuevo coronavirus las manifestaciones de más de 50 personas.
Varios centenares de personas desafiaron esta norma y se concentraron en diversos puntos de la capital para reclamar su derecho a manifestarse, lo que llevó a la Policía a detener a los manifestantes.
«Muchas de las personas no entran en razón y permanecen en el lugar, algunos han escalado la fuente de la amistad de los pueblos y lanzan botellas desde la multitud a nuestros colegas», denunciaron las fuerzas de seguridad al aludir a una concentración en las inmediaciones de la plaza Alexanderplatz.
Ya esta mañana los agentes hicieron varios arrestos durante una protesta ante el Parlamento alemán, donde también tomaron los datos personales de los participantes que no cumplieron las normas de distanciamiento social y ni abandonaron el lugar pese a las órdenes de la policía.
La iniciativa de Ballweg ha tomado impulso en las últimas semanas en Alemania, donde -a diferencia de muchos de sus vecinos europeos- no ha habido nunca confinamiento absoluto y siempre se ha podido salir a pasear o hacer deporte, además de para hacer compras, visitar al médico o ir a trabajar.
Los críticos a estas convocatorias temen que este tipo de rechazo a las medidas aplicadas durante el brote sea usado como plataforma para difundir ideas populistas de derecha y teorías de conspiración.
Estas nuevas protestas ocurren en un momento en que la pandemia de coronavirus ha dejado en Alemania 168.551 infectados y 7.369 muertos, según el balance publicado hoy por el Instituto Robert Koch, la agencia gubernamental alemana encargada del seguimiento de las enfermedades contagiosas.