La persona había estado trabajando de forma remota desde los primeros días de marzo, en consonancia con las medidas de aislamiento social de la Ciudad del Vaticano
Este miércoles se detectó el caso positivo en un empleado de la Santa Sede que, siguiendo con los controles gubernamentales, se encontraba trabajando desde su casa desde comienzos de marzo. Esto atenta contra la vuelta a la normalidad de la residencia papal ya que tenía previsto para esta semana retomar algunas actividades. Es el décimo segundo caso cercano al papa Francisco.
En un comunicado, el director de la Sala de Prensa de la Santa Sede, Matteo Bruni, señaló que se trata de una persona que hacía teletrabajo “desde los primeros días de marzo y al sobrevenir los síntomas ha permanecido en aislamiento domiciliario”.
“Antes de regresar al lugar de trabajo, fue examinada con éxito por el Departamento de Salud e Higiene del Vaticano y ahora está bajo observación en su casa”, añadió.
Desde finales de febrero en los Dicasterios y oficinas de la Santa Sede se tomaron medidas de precaución para evitar el avance del contagio, como la desinfección frecuente de los lugares de trabajo y en el entorno de los enfermos, así como la disposición del teletrabajo para la mayor parte de sus empleados donde era posible.
El Vaticano comenzó esta semana a aplicar un plan para implantar la fase para salir del confinamiento. Entre las medidas que prevé la desescalada está la reactivación gradual de los servicios ordinarios para salvaguardar la salud de los empleados y limitar al máximo el riesgo de contagio para garantizar el servicio al Santo Padre y la Iglesia universal.
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