El sistema de salud yemení está devastado luego de cinco años de guerra civil y su población está sometida a una crisis humanitaria
El gobierno de Yemen anunció que dos personas murieron por coronavirus después de que el miércoles el país registrara cinco nuevos casos en la ciudad sureña de Adén, la sede del Ejecutivo, casi tres semanas después de confirmar el primer contagio.
«Hemos diagnosticado a cinco personas con coronavirus, y dos de ellas han muerto», indicó el ministro de Salud yemení, Nasser Baoum, a la televisión estatal que se emite desde Riad. Baoum dijo que los test se hicieron dos veces para confirmar a los cinco contagiados, puesto que «decenas de personas» padecen dengue o chikunguña en Adén, enfermedades con síntomas parecidos a la Covid-19, apuntó el ministro.
Tras la confirmación de nuevos casos, el Consejo Transitorio Sureño (CTS), que también tiene su sede en Adén y está enfrentado al gobierno central, que tiene el reconocimiento internacional, decretó un toque de queda de 24 horas en la localidad a partir de la medianoche del jueves por un plazo de tres días.
Asimismo, ordenó la clausura de mercados, centros comerciales, restaurantes y mezquitas por dos semanas, así como el cierre de «todos los accesos terrestres a todas las provincias del sur», cuya autonomía reclama el CTS, informó la agencia de noticias EFE. En esas áreas sólo se permitirá la entrada de alimentos, combustible y ayuda humanitaria.
El gobierno yemení informó el 10 de abril del primer caso de coronavirus en el país: un trabajador portuario de la localidad de Al Sheher (sur), que esta semana salió del hospital tras haberse recuperado. Yemen fue el último país árabe en anunciar casos de la Covid-19 en su territorio, pero Naciones Unidas alertó hace dos días de «una probabilidad muy real» de que la enfermedad infecciosa podría estar propagándose en el país sin ser detectada.
Según la Organización Mundial de la Salud, solo tres laboratorios están preparados para el coronavirus en Yemen y hasta el momento sólo fueron distribuidos 7.000 test en el país, mientras se espera que más de 30.000 pruebas adicionales lleguen pronto.
El sistema de salud yemení está devastado luego de cinco años de guerra civil y su población está sometida a una crisis humanitaria, que se potencia por la escasez de agua, jabón, productos desinfectantes y mascarillas.