Por Belén Corvalán, desde Buenos Aires. Especial para Con La Gente
El Senado aprobó esta tarde por unanimidad y giró a la Cámara de Diputados un proyecto de ley que establece que todos los ciudadanos mayores de edad serán donantes a menos que manifiesten su voluntad de no serlo.
En el marco del Día Nacional de la Donación de órganos, la llamada «Ley Justina», en homenaje a la niña de 12 años que falleció el año pasado por no recibir un trasplante de corazón a tiempo, fue aprobada con 68 votos y enviada a la Cámara baja para su sanción definitiva.
El senador Juan Carlos Marino (Cambiemos) fue quién presentó el proyecto junto con los padres de Justina Lo Cane. En diálogo Con La Gente, explicó los detalles de la iniciativa: «Si yo estoy viajando a La Pampa y muero en un accidente, anteriormente mi familia era la que tenía la última palabra con respecto a la donación. A partir de ahora se libera a la familia de tomar una decisión en un momento tan duro».
«Hay más de 14 mil argentinos que están esperando un trasplante. Aquí hay que resaltar la voluntad de Paola, Ezequiel y de todos lo que intervinieron en este trabajo, donde transformaron el dolor en solidaridad», agregó el legislador.
El proyecto modifica la actual ley 24.193 de trasplante de órganos, de manera que toda persona mayor de 18 años será considerada como donante a menos que manifieste voluntad en contrario, lo que implica que tampoco serán los familiares de alguien fallecido los encargados de autorizar la donación.
«Podrá realizarse la ablación de órganos y/o tejidos a toda persona capaz mayor de 18 años que no haya dejado constancia expresa de oposición a que después de su muerte se realice la extracción de los mismos», señala el proyecto.
«Vemos materializado en esta ley lo que Justina tanto quería, que era ayudar a todos los que están en este camino tan difícil. Estamos acá por ella y buscamos dar las oportunidades que no tuvo mi hija», contó entre lágrimas Paola Lo Cane, la madre de Justina.
A su vez, Ezequiel Lo Cane, el padre de la niña de 12 años que falleció por no recibir un trasplante, manifestó: «Estamos muy agradecidos. Es una emoción inmensa. A través del legado que nos dejó Justina se van a salvar más vidas».
La iniciativa también impondrá la obligación a los profesionales médicos de notificar al INCUCAI (Instituto Nacional Central Único Coordinador de Ablación e Implante) los tratamientos de diálisis que le realicen a un paciente, o cuando le indiquen la realización de un trasplante.
También establece que para asegurar la calidad de todo lo relativo a donación y trasplante, se deberá destinar como mínimo un 20% de los recursos del Fondo Solidario de Trasplantes a capacitación.
«Esto simplifica el proceso. La ley tenía 20 años y estaba llena de trabas burocráticas, era muy importante modificarla. El objetivo es que haya más donantes y menos gente en lista de espera», concluyó el Dr. Alberto Maceira, presidente del INCUCAI.