El intenso uso de las pantallas aconseja adoptar precauciones para evitar fatiga y problemas de visión en el futuro
El confinamiento ha fomentado el teletrabajo y el ocio digital. Según una encuesta online realizada por la compañía Toluna, el 68% de los empleados están teletrabajando desde casa, desde un ordenador, un portátil o directamente desde el móvil. Y cuando dejan de teletrabajar, admiten que también pasan la mayor parte de su tiempo de ocio frente a una pantalla: videollamadas con familiares, ver series, surfear por las redes sociales, consultar información o leer algún libro electrónico, una partida a algún videojuego.
Lo mismo ocurre con los más jóvenes, aunque no trabajen: niños y adolescentes, en todas las franjas de edad, se entretienen con videojuegos, redes sociales y la televisión, u ocupados con las clases online. De hecho, estamos tan conectados actualmente a las pantallas que, según los operadores, el primer lunes de confinamiento el tráfico a través de las redes IP ya había experimentado incrementos cercanos al 40%, el uso del teléfono móvil había aumentado alrededor de un 50% en llamadas de voz y un 25% en los datos.
Y tantas horas de teletrabajo y pantallas están pasando y van a pasar factura a nuestra visión, según alertan diversos expertos en oftalmología y óptica.”Los ojos se cansan al tener que mantener el mismo foco de visión durante un tiempo prolongado, es decir, se produce fatiga visual y síndrome del ojo seco”, explican.
En el caso de los niños, recuerdan, como vienen haciendo desde hace tiempo,que varios estudios sugieren que la exposición a las pantallas por parte de niños menores de 8 años provoca miopes prematuros, entre otras muchas razonas porque más tiempo frente a las pantallas significa menos tiempo al aire libre o con la vista dirigida a espacios amplios, y eso favorece la miopía.
Cierto que en los días que vivimos, recluidos en casa y forzados a incrementar nuestra vida digital para socializarnos, trabajar, estudiar o estar informados, es más complicado reducir o limitar el uso de pantallas, tanto por parte de mayores como de pequeños.
De todos modos, si se establecen horarios es mucho más fácil mantener un cierto control sobre el tiempo que pasamos ante una pantalla. Y, en todo caso, sobre todo para quienes no tienen más remedio que pasar la jornada laboral frente a ellas, los especialistas ofrecen algunas recomendaciones que ayudarán a no sobrecargar la visión, a reducir la fatiga y evitar así futuras patologías.
Alejarnos de la pantalla
El primero consejo de los expertos es no ponernos muy cerca de la pantalla. En el caso del móvil o las tabletas, la distancia de observación debería alargarse a como mínimo 35 centímetros, porque sino se estará haciendo un esfuerzo excesivo en la convergencia y de enfoque de los ojos.
En el caso de las pantallas de ordenador, la distancia visual óptima debería de ser entre 40-50 centímetros para portátiles y entre 60 y 70 cuando se trata de un ordenador de sobremesa. Si trabajamos demasiado cerca de la pantalla nos obliga a un esfuerzo excesivo, provocando tensiones visuales innecesarias.
Pantalla inclinada y baja
Otra de las recomendaciones de los especialistas en salud visual a la hora de teletrabajar es colocar la pantalla de ordenador ligeramente inclinada (unos 20 grados) y por debajo de la altura de los ojos, porque la musculatura que mueve los ojos está diseñada para converger cuando bajamos la vista al mirar de cerca.
Además, al bajar la vista, la parte superior de los ojos queda cubierta por los párpados, con lo cual la lágrima se evapora menos y los ojos se resecan menos. Y una tercera ventaja: si se es usuario de lentes progresivos, no hace falta levantar tanto la cabeza para mirar la pantalla.
Cuidado con los reflejos
Los reflejos en la pantalla del ordenador también pueden causar fatiga ocular. Lo ideal a la hora de elegir el lugar desde donde vamos a teletrabajar es que las fuentes de luz próximas, como las ventanas, no provoquen deslumbramiento directo ni reflejos en la pantalla.
Por ejemplo, la pantalla debe situarse perpendicular a la entrada de luz a través de ventanas. Si esto no fuera posible, habrá que atenuar la luz que entra mediante las persianas o cortinas a fin de evitar excesivos contrastes y reflejos en la pantalla mientras trabajamos.
Nunca a oscuras
Si no es bueno tener un exceso de luz y reflejos sobre la pantalla, tampoco lo es mirar pantallas a oscuras. Hay que mantener el estímulo de la visión periférica, y para ello es importante mantener la luz ambiente.