La capital de China toma medidas drásticas para aquellas personas que lleguen de otras partes del país
La capital de China, Pekín, se aisla completamente del exterior. Las medidas drásticas que dispuso el gobierno municipal se debe al temor a un nuevo brote del coronavirus SARS-CoV-2 que pueda provenir de otras regiones del país.
Tras haber controlado en gran medida la pandemia, las autoridades de China prohibieron el ingreso de extrajeros en su territorio para evitar los «casos importados».
En ese contexto, Pekín implementó una cuarentena obligatoria de 14 días para todas aquellas personas que llegan de otras partes del país, incluso si dieron negativo en los test de detección de coronavirus. Los analistas aseguran que las medidas drásticas en Pekín se deben a que es la ciudad que alberga el centro del poder en el país.
«Reforzar el control de la gente que vuelve a Pekín se convirtió en las prioridad más apremiante, si no es imposible crear las condiciones adecuadas para que empiece el congreso del PPC», explicó a la agencia AFP Ma Liang, un profesor de la Escuela de Administración y Políticas Públicas de la universidad de Renmin.
Las medidas más severas son para las personas que viajen desde Wuhan, la ciudad donde surgió el nuevo coronavirus a finales del año pasado y que el 8 de abril levantó el confinamiento al que estuvo sometida durante más de dos meses.
Los que arriben desde Wuhan tienen que dar negativo en las pruebas de Covid-19 siete días antes de su fecha de viaje, someterse a 14 días de cuarentena a su llegada a Pekín y posteriormente dar negativo una vez más antes de poder salir del aislamiento.
Otras ciudades chinas no aplicaron medidas tan drásticas y solo requieren que las personas procedentes de Wuhan, capital de la provincia de Hubei, tengan un código verde en una aplicación sanitaria especial y un resultado negativo en un test de ácido nucleico.
Entre el 8 y e 13 de de abril, 1.037 personas volvieron a Peín desde Wuhan. Ninguna dio positivo por coronavirus, informó AFP.