Además, pidió a las autoridades mundiales "las medidas necesarias para evitar tragedias en las cárceles sobrepobladas"
El papa Francisco se unió este domingo al pedido del secretario general de las Naciones Unidas (ONU), Antonio Guterres, para un «cese del fuego» global durante la pandemia de coronavirus, al tiempo que pidió a las autoridades mundiales «las medidas necesarias para evitar tragedias en las cárceles sobrepobladas».
«En los días pasados, el secretario general de la ONU, lanzó un llamado para un cese del fuego global e inmediato en todos los rincones del mundo, recordando la actual emergencia por el covid-19 que no conoce fronteras», expresó el pontífice este domingo durante el tradicional rezo dominical del Ángelus.
«Me asocio a los que han acogido este llamado e invito a todos a seguirlo, deteniendo toda forma de hostilidad de guerra, favoreciendo la creación de corredores para la ayuda humanitaria, abriéndose a la diplomacia, con atención a quienes se encuentran en una situación de mayor vulnerabilidad», agregó.
En ese marco, durante la oración transmitida en directo por streaming ante las medidas que prohíben aglomeraciones en la Plaza San Pedro, el Papa deseó «que el esfuerzo conjunto contra la pandemia pueda llevar a todos a reconocer nuestra necesidad de reforzar los lazos fraternos como miembros de una única familia humana».
«En particular, que suscite en los responsables de las naciones y en las otras partes un renovado empeño para superar las rivalidades. Los conflictos no se resuelven a través de la guerra», reclamó. «Es necesario superar los antagonismos y los contrastes, mediante el diálogo y una constructiva búsqueda de la paz», finalizó.
Durante su mensaje, Francisco recordó también a «todas las personas que padecen la vulnerabilidad de ser obligadas a vivir en grupo, como casas de ancianos, cuarteles». «En modo especial quisiera mencionar a las personas en las cárceles. Leí un apunte oficial de la comisión de derechos humanos que habla del problema de las cárceles sobrepobladas, que podrian volverse una tragedia», planteó Bergoglio.
«Pido a las autoridades que sean sensibles a este grave problema y que tomen las medidas necesarias para evitar tragedias», señaló. Antes del llamado al cese del fuego, el pontífice había criticado los comportamientos que «son muerte», como «la hipocresía con la que la fe vive; la crítica destructiva de los demás; la ofensa, la calumnia, y la marginación de los pobres».