Una gran cantidad de personas busca ingresar a la estación y subirse al tren para volver a sus casas. A pesar de la medida del Gobierno, los pasajeros viajan parados y amontonados.
Escenas de descontrol, con vallados derribados y verdaderos malones de pasajeros avanzando se observaban esta tarde en las terminales ferroviarias de Once y Constitución, donde las limitaciones impuestas por el Gobierno para los viajes en tren se veían completamente desbordadas por centenares de usuarios.
En Constitución, las formaciones de la línea Roca, tal cual había sucedido en el horario pico matutino, partían con los vagones desbordados de usuarios pese a la disposición oficial para que solo pudieran viajar pasajeros sentados.
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En Once, efectivos de la Policía Federal intentaron vallar el acceso para limitar la cantidad de personas que pudieran ingresar al hall de acceso a los andenes.
La iniciativa fue sobrepasada por completo por centenares de usuarios ansiosos por regresar a sus hogares tras la jornada laboral.
Inclusive se intentó cerrar una persiana en el acceso de la calle Bartolomé Mitre, pero la idea derivó en una mayor presión de la gente, temerosa de quedarse afuera y perder la posibilidad del retorno en tren