Se trata de una situación que genera una problemática medioambiental, ética y económica; y la bioeconomía aparece como una de las mejores opciones para mermarla
El grupo de investigación BIOSAHE (BIOcombustibles y Sistemas de AHorro Energético) de la Universidad de Córdoba (España), liderado por la catedrática Pilar Dorado, el cual se aboca a la bioeconomía y a la búsqueda de estrategias de valorización de residuos, se ha enfocado en establecer las mejores rutas de valorización de la comida que se desperdicia en los restaurantes.
En esta línea, el investigador Miguel Carmona junto con el resto del grupo BIOSAHE Javier Sáez, Sara Pinzi, Pilar Dorado e Isabel López García han elaborado una metodología para evaluar las sobras y elegir su mejor ruta de valorización.
Tras analizar las sobras de comidas de restaurantes de diferentes categorías y especialidad se caracterizan sus componentes químicos principales, que fueron almidones, proteínas, lípidos y fibras. El objetivo de este proceso es saber qué compuestos y en qué cantidad contienen los residuos para relacionarlo con la mejor opción de transformación.
Una vez determinados los compuestos químicos de las sobras, se realizó un estudio estadístico para analizar la variabilidad (cómo varían los compuestos y las cantidades de unos desperdicios a otros).
Conociendo las tipologías de compuestos y la variabilidad, se podrá predecir qué proceso de valorización es más óptimo en función del residuo, ayudando en la toma de decisiones a las industrias que trabajen dentro de la economía circular y la valorización de recursos.
De esta manera, las vidas posibles de las sobras de los restaurantes pueden ir desde convertirse en biodiésel, electricidad o bioplásticos. Concretamente, el proyecto que lidera Pilar Dorado desarrolla una biorrefinería que, al igual que las refinerías de petróleo, genera biocombustibles, bioplásticos, biolubricantes, productos de alto valor añadido de química fina, electricidad o calor a partir de las sobras de restaurantes. En este proyecto, además de la metodología para caracterizar las sobras y elegir las mejores rutas, se han desarrollado bioplásticos que se utilizan como elementos de sutura en quirófano.
(Fuente: UCO)