San Joaquín y Santa Ana del Padre Daniel Siñeriz, en Nuevo Alberdi Oeste, sufrió siete robos en el último tiempo, de los cuales tres fueron el pasado fin de semana
Por Diego Carballido
En José Julián Pérez 2833 se encuentra la parroquia del sacerdote Daniel Siñeriz, un espacio comunitario que da contención a los vecinos del barrio Nuevo Alberdi Oeste y que en el último tiempo viene siendo el lugar escogidos para cometer sucesivos hechos delictivos. “El 19 y 20 de diciembre fueron las dos primeras, luego ingresaron el 11 y 21 de febrero, y en el último fin de semana ingresaron el sábado a la mañana, el domingo a la madrugada y después también a la noche», detalló Siñeriz en diálogo con CLG.
«Destruyeron una puerta de Cáritas, se llevaron ropa y útiles escolares. También nos faltan muchos elementos y utensilios de cocina (platos, vasos y cubiertos). Después, sacaron un termotanque y nos arrancaron la alacena con todo lo que tenía adentro», compartió Siñeriz y agregó: «El sábado a la mañana nos rompieron una ventana que da al baño y la arreglamos a la tarde. A la madrugada, volvieron a romperla. El domingo le volvimos a poner rejas y ladrillos, pero la rompieron de nuevo».
El sacerdote hizo extensiva su preocupación por la situación que le toca atravesar a su parroquia y según su análisis «es una cuestión sistemática que nos da un mensaje importante. Independientemente de querer sacarnos las cosas para venderlas, esto es un ataque a la institución. Al mismo nivel que ocurre con las escuelas y los clubes de barrio. Son ataques a las instituciones». Y agregó: «El objetivo es controlar todo lo relacionado a cuestiones institucionales del barrio para dejarlas en manos del narcotráfico. Es decir, en términos precisos, se trata de crear un Estado paralelo. Esto es algo grave y no vemos que se salga al cruce con políticas y recursos apropiados».
Para Siñeriz se busca «desalentar todo el esfuerzo comunitario realizado», y afirmó que «toda entidad u organización dedicada al bien común y la solidaridad es objeto de este vandalismo organizado y sistemático». Y fue categórico al asegurar que «si el Estado no responde a esto, o es ineficiente o es cómplice».
Para recuperarse de los daños sufridos por los sucesivos hechos delictivos, Siñeriz adelantó que «todo lo que necesitamos para reparar se lo vamos a pedir al Estado”, porque “todo lo que la gente quiera donar va a ser destinado a la realización de espacios de capacitación y producción en el barrio. Es la manera de poner un mojón productivo y solidario en la sociedad”. El párroco fue categórico en asegurar que no quiere destinar el dinero de donaciones en “poner rejas, hierros y soldaduras. Esto no es un bastión de guerra, es un espacio comunitario».