Erdogan, presidente turco, dijo que atacará al Ejército sirio si no se va de la convulsa región del país árabe
Erdogan, presidente turco, dijo que atacará al Ejército sirio si no se va de la convulsa región del país árabe
El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, amenazó hoy con atacar al Ejército sirio si no se retira de Idleb, la convulsa región del noroeste del país árabe y último bastión rebelde, y que hace dos días fue escenario de fuego cruzado entre Ankara y Damasco.
«Dos de nuestros doce puntos de observación están detrás de la línea del Ejército sirio. Si el régimen no se retira en febrero, Turquía se verá obligada a tomar acción por cuenta propia», advirtió el mandatario en un discurso en Ankara retransmitido por la emisora NTV.
El líder islamista moderado dijo que anoche reiteró por teléfono a su homólogo ruso, Vladimir Putin, que el Ejército sirio debe respetar los acuerdos de Sochi sellados entre Ankara y Moscú en 2018 para bajar la tensión en Idleb.
En la charla, Erdogan dijo que insistió en que sus fuerzas «tomarán represalias» ante cualquier ataque del Ejército sirio contra fuerzas turcas o contra civiles en la zona, informó la agencia de noticias EFE.
El lunes se produjo una escalda de la tensión por un ataque del Ejército sirio en Idleb en el que murieron siete soldados y un civil turcos, según autoridades.
Ankara respondió con un ataque contra las fuerzas de Damasco.
La ONG Observatorio Sirio de Derechos Humanos, afín a la oposición siria, dijo que en los ataques turcos murieron 13 soldados sirios.
El Ejército sirio ha estado progresando desde el mes pasado en la región de Idleb, que es el último gran bastión rebelde en el país y que abarca la provincia del mismo nombre y partes de las vecinas Alepo y Hama.
Fuerzas turcas están estacionadas en zonas de la región bajo control rebelde para supervisar un alto el fuego acordado el año pasado pero que desde entonces ha colapsado.
Ayer, fuerzas sirias que avanzaban hacia el Norte cubiertas por ataques aéreos alcanzaron zonas que estaban bajo control total de los insurgentes desde hacía ocho años, casi desde el inicio de la revuelta que degeneró en la brutal guerra que asuela a Siria.
La ONU dijo ayer que más de medio millón de personas abandonó sus hogares desde el 1 de diciembre por la ofensiva, y que «un auténtico mar de gente» se estaba desplazando hacia zonas más seguras cerca de la frontera de Turquía, que limita con Siria por el Norte.
Rusia, que apoya militarmente al gobierno sirio de Bashar Al Assad pero mantiene buenas relaciones con Ankara, acusó ayer a Turquía de incumplir los acuerdos de Sochi al apoyar a las milicias sirias rebeldes que combaten en Idleb, que Moscú considera «grupos terroristas».
Erdogan declaró que pronto se reunirá con Putin y que su única expectativa es que Rusia «comprenda» sus «preocupaciones» en Siria, luego de que el canciller turco, Mevlet Cavusolgu, se quejara ayer de que Moscú no controla a su aliado Damasco.
La presencia militar turca en Siria comenzó a fines de 2017 con un despliegue de fuerzas destinado a alejar de la frontera a combatientes kurdo-sirios a los que Ankara considera «terroristas» por sus vínculos con la insurgencia separatista kurda de Turquía.
Aunque Turquía no mantiene contacto directo con el gobierno de Assad, lleva tres años negociando -con mediación rusa- sobre el destino de Idleb, la última provincia siria controlada por los rebeldes islamistas alzados en armas contra Damasco.
El Ejército turco mantiene 12 puntos de observación en la provincia y Erdogan ha hecho en las últimas semanas reiterados llamamientos a cumplir los acuerdos de Sochi.