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Levantamientos carapintadas: la represión del gobierno que dejó varios muertos


Casi 30 años. Un 3 de diciembre, pero de 1990, sucedió un alzamiento al mando del "carapintada" Mohammed A. Seineldín. El Gobierno ordenó la represión inmediata y hubo varios muertos.

Casi 30 años. Un 3 de diciembre, pero de 1990, sucedió un alzamiento al mando del «carapintada» Mohammed A. Seineldín. El Gobierno ordenó la represión inmediata y hubo varios muertos.

Los levantamientos carapintadas fueron una serie de cuatro levantamientos militares en Argentina entre 1987 y 1990, inmediatamente después de que en 1983 se iniciara en el país el período de democracia más extenso de su historia (aún vigente), luego de más de cincuenta años de golpes de estado cívico militares que impidieron varias veces que se consolidara un sistema democrático, luego de que se aprobara el voto secreto y obligatorio en 1912. En ese contexto un grupo de militares del Ejército Argentino, autodefinidos como carapintadas, debido al hecho de que se presentaban con la cara pintada como en la guerra, desobedecieron las instituciones constitucionales y la cadena de mando. Los levantamientos fueron considerados como intentos de golpe de Estado en los juicios de «copamiento de aeroparque» en 1988 y contra Mohamed Alí Seineldín en 1990, y se cometieron contra los gobiernos constitucionales de Raúl Alfonsín y Carlos Menem.

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Pese a haber sido derrotados, los levantamientos carapintadas presionaron al poder democrático e influyeron en la sanción de las llamadas «leyes de impunidad», sancionadas durante los gobiernos de Alfonsín y Menem, que liberaron a los culpables y dejaron sin efecto las investigaciones y condenas dictadas contra los autores de crímenes de lesa humanidad. Recién en 2003, veinte años después de caída la dictadura, las leyes de impunidad fueron anuladas para permitir que los delitos fueron investigados y los culpables condenados. Aunque se arrestaron, juzgaron y condenaron a prisión a los líderes carapintadas, la mayoría no recibió castigo, con excepción de Mohamed Seineldín.

El cuarto alzamiento, sucedió el 3 de diciembre de 1990.

A pesar de los entonces recientes indultos realizados por el presidente Carlos Menem que incluyeron a condenados, detenidos y procesados por terrorismo de Estado, alzamientos carapintadas y Guerra de Malvinas y a jefes de las organizaciones político-militares de la década de 1970 Seineldín rompió con Menem y fue puesto bajo arresto militar, y planeó una rebelión que se materializó el 3 de diciembre de 1990, en protesta contra la creciente injerencia del poder político en la cúpula militar.4​ Uno de los principales impulsores de la asonada fue el capitán Gustavo Breide Obeid, subordinado del coronel Mohamed Alí Seineldín.

En la madrugada del 3 de diciembre un grupo de poco más de cincuenta militares ocupó el Edificio Libertador, las instalaciones del Regimiento de Patricios, la fábrica de tanques TAMSE, el Batallón de Intendencia 601 y otras unidades. Según los sublevados, sólo exigían la remoción del generalato del Ejército Argentino.

Las Fuerzas Armadas, encabezadas por el titular del Ejército, teniente general Martín Félix Bonnet, reprimieron con violencia la rebelión y recuperaron los objetivos tomados. El saldo fue de trece fallecidos —de los cuales cinco fueron civiles— y decenas de heridos. ​ Durante el juicio Seineldín asumió la total responsabilidad de las muertes que provocó dicho enfrentamiento, y realizó un alegato conocido como «El Nuevo Orden Mundial», el 7 de agosto de 1991, en el que alegó maquinaciones del imperialismo estadounidense y su servidor en Argentina, Menem, en el desmantelamiento del Ejército y la defensa nacional.