Por la Lic. Melany Carlovich, nutricionista del equipo de Crenyf
Por la Lic. Melany Carlovich, nutricionista del equipo de Crenyf
Cuando hablamos de cambiar nuestra alimentación para convertirla en más saludable, aparecen dos grandes trabas a la hora de cambiar hábitos: tiempo y dinero. Sin embargo, existen otras dos cuestiones importantes que nos pueden ayudar a lograr el cambio de hábitos sin gastar mucho tiempo ni dinero: la organización y la planificación.
Solemos creer que la verdulería es un lugar caro y por eso ni nos acercamos, pero muchas veces si planificamos la compra pensando en lo que vamos a cocinar esa semana, eligiendo frutas y verduras de estación, nos permitirá hacer una buena y ahorrativa compra. Por otro lado, muchas veces vamos al supermercado y elegimos alimentos que ya vienen listos para consumir. Si bien nos permiten ahorrar tiempo, suelen ser mucho más caros no solo en cuanto a lo económico, sino también para nuestra salud ya que nos aportan mucha energía que vienen de grasas y azúcares, además de sodio y conservantes por demás.
Es clave que podamos, organizar nuestra semana y en base a eso mejorar nuestra alimentación, sin que suponga un estrés o un problema. Algunos consejos que pueden ayudar a una mejor organización:
Ir al supermercado con una lista. Armarla mirando la heladera y alacena para comprar las cosas que realmente son necesarias.
Evitar ir al supermercado luego de muchas horas sin comer y con hambre, ya que eso genera que uno se llene de tentaciones que difícilmente puedas evitar comprar.
Tener una casa segura, no comprar galletitas, snacks, bebidas azucaradas en exceso. Por supuesto que se pueden consumir pero que sea en alguna ocasión especial. En su lugar, recomendamos comprar frutas, verduras y productos naturales.
Elegir frutas y verduras de estación. Suelen estar más baratas y su vida útil es más larga.
Lavar bien y cortar la fruta y la verdura. Guardarla en la heladera lista para consumir, así estará disponible en todo momento. Si no se consumirán en el día, y son para consumir en la semana elegir las que están un poco más inmaduras así duran un poco más.
Visitar el mayorista y comprar en cantidad las cosas que se consumen con más frecuencia (No comprar muchos productos de consumo esporádico para evitar su desperdicio).
Elegir alimentos versátiles. Es decir, aquellos que puedan ser combinados de más de una forma para hacer diferentes comidas. Por ejemplo, si se compra un zapallo grande: se puede hervir, guardar en la heladera y luego consumirlo en tartas, ensaladas, puré, soufflé, darle un golpe de horno y hacer milanesas, medallones, calabaza rellena. Por otra parte, el arroz se puede consumir como guarnición hacer diferentes salteados, timbales, etcétera. Las legumbres, en ensalada, guisos, hamburguesas.
Cuando se tenga o quiera hacerse un rato para cocinar, hay que aprovecharlo al máximo. Cocinar porciones demás y guardarlas en el tupper para la vianda del mediodía. Aprovechar que se va a estar en la cocina y dejar cocinando algo que no requiera el 100% de tu atención Por ejemplo, colocar una carne en el horno, hervir verduras, legumbres, arroz. Si se precisa cortar o picar un alimento para una comida específica, cortar un poco demás y guardarlo en bandejitas o tuppers en el freezer.
Guardar en la heladera lo que se vaya a consumir esa semana y el resto (siempre que se pueda) en el freezer.
Armar un menú semanal/mensual. No es necesario cumplirlo al pie de la letra pero te ayudará a aprovechar mejor el tiempo y los ingredientes que tengas listos para cocinar. Elegí recetas fáciles y prácticas para no desmotivarte.