El pasado martes más de 50 efectivos comenzaron un rastrillaje cerca de Palomitas, Salta, en el marco de la desaparición de María Cash. La última vez que se supo de ella fue el 8 de julio de 2011 y desde entonces su familia la busca sin cesar. En octubre, tuvieron una reunión con la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich y el fiscal del caso, Eduardo Villalba que derivó en esta búsqueda. El sábado se dio por finalizada y no hubo avances significativos.
La zona a rastrillar fue delimitada teniendo en cuenta la declaración de un testigo de identidad reservada. Del operativo participaron varias fuerzas de seguridad con perros rastreadores, georadares y drones. Según trascendió, en el terreno se encontró correspondencia con el testimonio tomado de referencia.
En la primera jornada, uno de los canes marcó un sitio, pero al día siguiente se comprobó que no se trataba de María Cash; además, se hallaron huesos de animales en tanques australianos. El segundo día se amplió la búsqueda.
El viernes detectaron una cruz de metal y finalmente se determinó que era una cruz sin tumba. Un recuerdo de familiares de un camionero que murió en la ruta en los 80. A su vez, había ropa quemada, pero no creen que sea relevante.
Después de esas novedades, los equipos volvieron a sus provincias, según detalló TN. De todas maneras, desde el interior del operativo señalaron al mismo medio que no es el final: «Dejar de buscar no es una opción».
Para los investigadores, la búsqueda es compleja por el comportamiento errático que mostró la mujer antes de desaparecer. Si bien no descartan que esté viva, creen que hay altas probabilidades de que su cuerpo se encuentre dentro del área registrada. Las hipótesis son que pudo haber pedido ayuda a un desconocido o adentrarse sola al monte sin lo necesario y morir. «Es tiempo de detenerse, analizar las posibilidades y líneas investigativas que siguen», sostuvo uno de los detectives.