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El «Chile» de Oriente Próximo: ¿qué está pasando en Líbano?


Leonela es rosarina y vive cerca de donde suceden los reclamos, derivados de la crisis política, económica y social

 

Por Gonzalo Santamaría

Las protestas contra los gobiernos de turno, en todas las latitudes, tomaron mayor visibilidad en las últimas semanas. En Latinoamérica los casos que más resuenan son las manifestaciones en Ecuador contra el FMI y en Chile, que comenzó con un reclamo por el aumento del subte y terminó derivando en un descontento social con 30 años de antigüedad. 

Pero cruzando los océanos aparecen otras situaciones sociales críticas como la del Líbano, que hace más de 10 días muestra su disconformidad con la masa política. Se trata de la manifestación social más grande desde 2005, cuando el pueblo libanés provocó la salida del país de las Fuerzas Armadas de Siria.

La Diáspora Libanesa en el Mundo expresó su apoyo al levantamiento y en Rosario, la Sociedad Libanesa se hará escuchar el lunes 28 a partir de las 19:30 en su sede de calle Italia 1075. La consigna es clara: “Sin banderas políticas, sólo la bandera de la Nación de los Cedros”.

Las manifestaciones en el Líbano comenzaron el 17 de octubre ante la medida del gobierno, impuestas por las empresas de telefonía móviles, de crear un impuesto diario para utilizar Whatsapp. Y, al igual que Chile con el aumento del subte, fue la gota que rebalsó el vaso e hizo que el pueblo se manifieste ante la asfixia de una economía en crisis, y contra la corrupción política y el partidismo sectarista del país.

«Hay motivos detrás de esto, como por ejemplo el aumento del dólar, de la gasolina, del trigo, está escaseando el pan”, comentó Leonela Marro Bazzana, rosarina que reside en el país de oriente próximo, en exclusiva con CLG.

Leonela Marro Bazzana

Marro Bazzana, de 26 años, forma parte de la Sociedad Libanesa y hace un año vive en Valle de Beqaa, a 20 kilómetros de la Beirut, capital libanesa. Sin dudarlo, sostuvo que el impuesto a la aplicación fue el disparador de las marchas y que el resultado fue el cierre de las escuelas, universidades, estaciones de servicios, panaderías y negocios en general. “Puede haber algún kioskos o farmacias abiertos, lo que sí están abiertos son los hospitales”, aseguró.

La protesta y manifestación no es solo por Whatsapp, sino por todas estas medidas que el gobierno ha impuesto en la parte económica”, agregó Leonela y relató que, ante las marchas, Nación decidió cerrar las rutas principales y sólo se puede viajar temprano, pero con el recaudo de volver al mediodía ya que después cierran los pasos.

Si bien la tensión existía con un mes de antelación, el impuesto (que fue rápidamente removido) incitó a la gente a salir a la calle y parar el país. En Occidente se la conoce como “la revolución del Whatsapp”, pero en Beirut utilizan el término Intifada.

El paralelismo con la situación chilena es inevitable pero rosarina fue clara: “La diferencia con Chile es que allá hay violencia de parte del Estado, acá no es así porque los mismos militares salen a proteger a los manifestantes, a que no se realicen disturbios y además de eso la familia de ellos está en la calle, y eso es algo a favor del pueblo”.

Hay más de un millón de protestantes sólo en Beirut, que se replican a las grandes ciudades y pueblos chicos y transforman esta situación en histórica. “Es en contra de todos los políticos que conforman el gobierno y hace varios años que están. La gente está solicitando que haya un recambio, nuevas figuras, y que se cambie también el ambiente político viciado de corrupción”, especificó.

Se decidió parar el país bajo el lema ‘Todos es decir todos’: todos a la calle, todos, literalmente”, relató Marro Bazzana a CLG y destacó la forma pacífica con la que se llevan a cabo las protestas.

Es una solicitud de derechos, de cambio de gobierno, de basta de impuestos y recambios económicos. También es algo alegre porque la gente lo hace en conjunto, caminan juntos y siempre con música, con buena onda”, detalló la rosarina en el Líbano.

Hubo disturbios que se generaron en casos específicos, de particulares contra la policía, por eso Leonela resaltó la importancia de que no haya un referente de las protestas: “En las noticias se les da la voz a todas las personas y eso quiere decir que no hay nadie que lo haya comenzado, sí fue un acuerdo entre todos”.

En este sentido, la argentina explicó que en su pueblo la Mezquita es la encargada de anunciar el momento de las marchar, “lo hace a modo de ‘no nos quedemos en casa, salgamos a manifestarnos y pedir por nuestros derechos’”, aseveró.

El carácter de histórico se lo da el contexto. Por primera vez el Líbano tiene tanta gente en conjunto en las calles con el objetivo de mejorar la calidad de vida. Marro Bazzana así lo definió: “Es algo interno contra el gobierno, el pueblo quiere que esta revolución haga historia”.

Además de sufrir una reciente devaluación histórica de su moneda frente al dólar, Líbano registra un nivel de deuda pública equivalente a un 150% de su producto interno bruto (PIB). En respuesta a las masivas movilizaciones, el gabinete de gobierno se reunió este lunes para aprobar una serie de reformas destinadas a apaciguar las protestas. que incluyen el recorte de los salarios de los políticos a la mitad y ayuda financiera para las familias más pobres.

Las protestas no han sucumbido ya que “no fueron creídas por la gente y por eso siguen en la calle”, comentó la rosarina y sumó la necesidad del pueblo libanés por cambiar la actualidad política del país.

Leonela no dudó en comparar los procesos actuales del Líbano con lo vivido en 2001 en Argentina: “Lo que pide la gente es similar, obviamente acá no hay saqueos, ni violencia, pero sí la gente en la calle y reclamando al gobierno por la gran corrupción”.

La devaluación fue un punto importante. Si bien el aumento del dólar no fue grande para el Líbano, que durante 10 años mantuvo el precio, es “fuerte”. “Eso hizo crecer la distancia entre el gobierno y el pueblo, tensó la relación”, explicó Marro Bazzana. El libanés, especificó la rosarina, se mantenía al margen y no manifestaba su descontento

Por último, la argentina hizo hincapié en otro motivo particular de las protestas: los refugiados sirios.

El Líbano se hizo cargo de un millón de refugiados, las dimensiones pequeñas del país hacen que desborde la poblacion. Esto acarrea la mano de obra barata, como describió la mujer, los empleadores optan por los trabajadores sirios y no por los libaneses, debido a la gran diferencias en costos de cada uno.

Para este lunes, las autoridades del Líbano, aseguraron que la circulación y las actividades volverán a la normalidad, sin embargo Leonela Marro Bazzana sostiene que “puede cambiar minuto a minuto”.

Más de 10 días para las protestas del pueblo del Líbano, el Chile de Oriente Próximo, que pasa la peor crisis social y económica desde la liberación de las tropas sirias en 2005.