Por José Odisio
Kudelka se da vuelta y le pide calma a un hincha que carga a su hija del brazo. Un rato más tarde, en conferencia posterior al empate ante Banfield, el propio DT reconoce que su sensación fue que el equipo y la gente estaban muy ansiosos, queriendo hacer un gol al minuto. No le gustó nada esa situación, se fue más enojado por este contagio de ansiedad que por una producción futbolística que estuvo lejos de lo esperado.
Es que Kudelka cree que una cosa fue de la mano de la otra. Newell’s tuvo su peor presentación en casa, en parte por mérito del rival, pero también hubo una cuota de apuro en el equipo que lo llevó a cometer muchos errores, en especial en ofensiva, donde faltó claridad y casi no hubo situaciones claras de gol.
Quedarse en la ansiedad manifiesta y no ver los problemas futbolísticos sería un error. Y Kudelka no va a cometerlo. Pero desde su mensaje no es la primera vez que pide calma a los de afuera, a los hinchas que incondicionales respaldan al equipo, pero que a veces se ven superados por la angustia de la tabla de promedios, de la que quieren olvidarse rápido, algo que no es posible.
Mirar sólo la tabla de arriba, como pide el entrenador leproso, tampoco entre de la lógica. Si bien la Lepra está en la parte de arriba, es inevitable ver que también pelea en la otra tabla, la de los promedios, y si bien consiguió algo de aire, es demasiado poco para pensar en despreocuparse de la situación, que hace dos meses tenía sin dormir a todos en el Parque.
Bajar la ansiedad también irá de la mano de los triunfos, y eso es lo que debe lograr la Lepra en los dos próximos partidos: una visita nada sencilla a Patronato y un cotejo ganable en la previa frente a Gimnasia en el Parque. Si Newell’s logra sumar en grande en esos cotejos, las pulsaciones de los hinchas estarán más controladas, y Kudelka tendrá que lidiar con un problema menos.