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El Papa y obispos se pronunciaron en contra de la despenalización del aborto


El Santo Padre recordó que «la vida cobra pleno sentido si se entrega y se comparte como un don de Dios», en pleno debate por la despenalización del aborto en la Argentina. Fue en un tweet publicado este martes en su cuenta oficial de Twitter @Pontifex, según destacó el sitio Caminos Religiosos.

En tanto obispos se pronunciaron en contra del aborto, como Adolfo Canecín, de Goya, Corrientes que dijo a los legisladores: «Si legislamos para matar, ¿qué nos queda a los argentinos?».

El prelado pidió a la Virgen de Itatí que «nos ayude a descubrir el designio de Dios: que tengamos vida y vida en abundancia».

En una homilía, el prelado reiteró su llamado a «cuidar la vida desde la concepción», y advirtió que «legislar sobre el aborto es de la cultura de la muerte».

«Querer legislar que la muerte es legal, sea aprobada o no la ley, siempre será muerte», aseveró al señalar que «si legislamos para matar, ¿qué nos queda a los argentinos?», preguntó el obispo.

Continuó: «Si legislamos sobre la muerte de un ser vivo, frágil e inocente en el seno materno, se caen por su propio peso todos los derechos humanos».

«Y, si aceptamos la muerte como resolución a un problema, ¿qué nos queda como sociedad? Ninguna persona puede arrogarse la atribución de decidir quién nace o quien muere», reiteró.

El obispo de Goya también manifestó: «Hoy en día en que vivimos tanta inseguridad, hasta el seno materno se está volviendo inseguro, porque el aborto es un homicidio», consignó la agencia Aica.

Mientras que el arzobispo de La Plata, monseñor Héctor Aguer, continuó en el programa televisivo Claves para un Mundo Mejor, con sus explicaciones sobre las razones existentes contra el aborto.

Hablando de las consecuencias psíquicas que afectan a la mujer que abortó, señaló: «Pero hay otra razón que nosotros, los curas, podemos conocer y que es lo que los médicos y los psiquiatras llaman síndrome posaborto «.

«Es algo que se trata en un consultorio psiquiátrico y es cómo queda psicológicamente la mujer que ha abortado. Hay muchas que sufren este síndrome», dijo.

Expresó «Nosotros los sacerdotes lo sabemos bien por el confesionario. Yo tengo experiencias personales y debo decirles que a mí me ha conmovido, siendo joven sacerdote, y alguna vez ya siendo obispo también, cómo una mujer vino a confesarse de un aborto que ya había confesado muchas veces, un hecho que había ocurrido 30 años atrás».