Un joven, de 21 años, oriundo de la provincia de Mendoza, se fue a hacer un tatuaje como cualquier persona, pero, como a los días, no le gustó, decidió tomar una fatal decisión: sacárselo con un rallador de queso, según publicó el portal radiomitre.com
El insólito se volvió viral porque un amigo de él, Matías, publicó sus fotografías en Twitter: “Un amigo se tatuó y como no le gustó el tatuaje se lo sacó con un rallador de queso. Sí, un rallador de queso”, expresó.
Sin embargo, ahora el protagonista del episodio ha aparecido y dejó en claro que no quería que se revelara su identidad. “No quiero que piensen que estoy loco, porque no lo estoy. Tengo las razones suficientes para haberlo hecho”, expresó, en diálogo con Infobae.