Por Gina Verona Muzzio
La mañana del 11 de septiembre de 2001, Estados Unidos fue víctima de un hecho que no sólo cambiaría su historia, sino también la del mundo entero. Cuatro atentados terroristas suicidas contra las Torres Gemelas del World Trade Center, literalmente el centro mundial de comercio, causaron más de tres mil muertos y seis mil heridos. Las consecuencias que produjo este hecho, y que se extienden hasta la actualidad, eran inimaginables. “En su momento, significó un quiebre en el equilibrio nacional y mundial”, analiza dieciocho años después José Andrés «Coco» López, en diálogo con CLG. El periodista, politólogo e investigador local es especialista en periodismo político e internacional y reconocido por sus coberturas internacionales.
“En la población había un gran sentimiento de temor porque había desconocimiento de cómo se había conformado el atentado. Generó un gran sentimiento de inseguridad de la población”, analizó López, al ser consultado por CLG sobre las repercusiones del atentado, que fue rápidamente adjudicado por la red yihadista Al Qaeda. Los terroristas secuestraron aviones comerciales y los impactaron contra los emblemáticos edificios.
Las explosiones contra las Torres Gemelas no sólo tuvieron repercusiones en la población, sino que desataron un embate militar sin aparentes límites por parte de los Estados Unidos en Medio Oriente. “Comenzó una época de temores a los atentados terroristas y al mismo tiempo una política exterior muy dura de los Estados Unidos”, consideró el especialista. Y agregó: “Recuerdo que el presidente George W. Bush dijo: ‘El que no está con nosotros, está con el terrorismo’. Y eso marcó gran parte de su presidencia y de sus acciones en todo el mundo”.
Coco López rememoró que “Afganistán fue invadida en octubre de 2001 y todavía hoy permanece ocupada por tropas norteamericanas, que están tratando de salir del país, dialogando con los talibanes”. Esa fue la primera de muchas acciones armamentísticas en distintos puntos del globo.
En coincidencia con el reconocido historiador británico Eric Hobsbawm, López afirma que el ataque al World Trade Center “ha significado el inicio de un nuevo siglo en la historia mundial”. El prestigioso pensador, fallecido en Londres en 2012, había indicado que “el verdadero siglo XXI comienza con el atentado a las Torres Gemelas”.
En referencia a la pregunta sobre si el atentado podría haberse previsto, López indicó que “es muy difícil confirmarlo”. Y añadió: “Hay mucha información y difusión sobre distintas alertas que se recibieron desde Europa y que fueron desestimadas por los servicios de seguridad de EE.UU.. Es difícil decir que el atentado pudo haber sido evitado prestando atención a esos avisos”.
“Después del atentado, Estados Unidos tomó medidas extremas y ajustó los mecanismos de seguridad, especialmente en cuanto a darle entidad a otros servicios de inteligencia cuando enviaban mensajes previendo atentados que no fueron en su momento escuchados”, explicó.
Lo que el atentado dejó
A la intervención estadounidense en Afganistán, le siguieron otras, principalmente en Medio Oriente. “Una de las más impactantes fue la intervención de Irak a partir de 2003”, aseguró López. Implicó el comienzo de una guerra que no sólo afectó a la región, sino que marcó una clara oposición entre países europeos que se mostraron a favor y otros que se opusieron a la invasión.
El presidente Bush alegó que la intervención en Irak fue en consonancia con su lucha contra el terrorismo, encabezado por Saddam Hussein, y para desarmar a ese país de armas de destrucción masiva. No está para nada claro que dicho armamento haya existido, ni que haya sido hallado. Lo que sí quedó evidenciado fue “el involucramiento de Estados Unidos en Medio Oriente tomando una tarea muy difícil de lograr, intentando occidentalizarlo, e imponiendo las mismas reglas de convivencia democráticas e institucionales”.
El temor de la sociedad a los atentados fue otra justificación usada por el gobierno estadounidense para implementar sistemáticamente políticas de agresión a otros países. Coco López consideró que también generó “el compromiso de otros países, que estaban ajenos a este conflicto, de compartir políticas que llevaban al enfrentamiento indiscriminado entre países, con consecuencias y daños colaterales que hasta ahora estamos sufriendo”.