Una nena sorprendió a todos en el Vaticano, al irrumpir en la audiencia del Papa Francisco. La menor se le acercó, le dio la mano y jugó con su imagen en la pantalla. “Déjenla tranquila, Dios habla por los niños”, afirmó el sumo pontífice, evitando que los guardias la saquen de la escena.
Al notar que la niña, que ronda los 10 años, tenía algún tipo de discapacidad, Francisco les hizo señas a los guardias para que la dejaran expresarse tranquila. La nena, mientras tanto, se paseaba frente a él, se arrodillaba e incluso aplaudía. En un momento, incluso, se paró frente al Papa, como reclamando su atención.
La audiencia es un evento tradicional de cada miércoles en el Vaticano. Cuando la menor irrumpió en la escena, enterneciendo a algunos y generando nerviosismo en otros, el Papa estaba explicando la nueva modalidad de relación entre los discípulos de Cristo, fruto de la comunión de la comunidad cristiana.
La chica se acercó primero a un Guardia Suizo y, después, al propio Papa para estrecharle la mano. Sin prestar atención a lo que el sumo pontífice decía, siguió corriendo y jugando delante de Francisco durante toda la catequesis, hasta que su mamá la tomó de la mano y la llevó a su asiento.
Francisco no dejó pasar desapercibida la situación. Al momento de saludar, observó: «Solo quisiera comenzar haciendo una reflexión. Todos hemos visto esta pequeña tan bella, víctima de una enfermedad, que no sabe lo que hace. Les pregunto algo y cada uno responda en su corazón: ‘¿Recé por ella? Viéndola, ¿recé para que el Señor la cuide? ¿Recé por su familia?'».
«Siempre que veamos una persona que sufre debemos rezar. Y hacernos esta pregunta: ‘¿Recé por esta persona a la que vi sufrir?'», concluyó el Papa.