Un avión de pasajeros aterrizó hoy de emergencia en Filadelfia, Estados Unidos, luego de que uno de sus motores explotara a 9.000 metros del altura y de que esquirlas rompieran una ventanilla, en un incidente que dejó un muerto y siete heridos, informaron autoridades.
La aeronave, un Boeing 737 de la empresa Southwest Airlines, iba de Nueva York a Dallas con 149 personas a bordo, y aterrizó de emergencia poco después del mediodía.
«Todos se volvieron locos, todos gritaban», dijo el pasajero Marty Martinez en declaraciones a la cadena CNN.
«Mientras el avión descendía, me puse a comprar (acceso a) Internet para poder tener algún tipo de comunicación con el mundo exterior», agregó.
El presidente de la Junta Nacional de Seguridad del Transporte (NTSB, por sus siglas en inglés), Robert Sumwalt, dijo que una persona murió, y que se trata de la primera víctima fatal en un aerolínea estadounidense desde 2009.
La víctima no fue identificada.
Otras siete personas fueron tratadas por distintas heridas, dijo el jefe de bomberos de Filadelfia, Adam Thiel.
Thiel agregó que hubo un pérdida de combustible de uno de los motores y que cuando los bomberos llegaron al lugar controlaron rápidamente un pequeño incendio.
La Administración Federal de la Aviación (FTA) dijo que el avión aterrizó luego de que la tripulación comunicara que se habían producido daños en uno de los motores, en el fuselaje y en una ventanilla.
La NTSB dijo que envió un equipo e investigadores a Filadelfia. Otro pasajero, Kristopher Johnson, quien iba sentado en las primeras hileras del vuelo 1380, dijo que restos del motor volaron hacia una ventanilla y la destruyeron, causando graves heridas a una mujer que estaba sentada cerca.
Los brazos y el cuerpo de la mujer herida fueron aspirados hacia la ventanilla rota, contó Martínez. Todo tipo de objetos comenzó a salir por el agujero donde estaba la ventanilla y «los pasajeros que estaban al lado de ella la agarraban», prosiguió.
«Había sangre en todo el brazo del hombre que la estaba ayudando», agregó el testigo, que iba sentado dos filas por detrás de la mujer. Otros pasajeros trataron de cerrar el agujero con camperas y otras cosas, pero todo fue aspirado hacia el exterior, contó.
Martínez dijo que pensó que no iba a sobrevivir. Lo mismo temió su colega, que iba en el asiento de al lado y que escribió a su mujer embarazada lo que creía que sería su último mensaje, contó.