«Cuando uno tiene un cacho de torta hay que repartirla y esa es como una idea básica para mí», aseguró Fito Páez al explicar su paso, el jueves último, por el Centro Integrador Ernesto Che Guevara que en el barrio porteño de Barracas que acerca actividades culturales de refuerzo para las personas en situación de calle que habitan los albergues Frida (para mujeres) y Monteagudo (para hombres).
«La verdad es que ésta es una visita desde el cariño. Estas son personas de los márgenes sociales, personas que necesitan y a las que hay que ayudar. Yo fui criado así, no sé si todo el mundo piensa así, pero yo pienso así», confesó Páez.
El artista rosarino pasó el jueves por la tarde por la vieja fábrica que se dedicaba a la rectificación de motores, pero que actualmente alberga una cocina grande, un comedor, una parrilla vieja, un centro de reuniones y una oficina y contiene pasacalles con las leyendas «Por un proyecto nacional para la gente en situación de calle», «La calle no es un lugar para vivir» y «La Ciudad puede. El hambre no espera».
El músico y cineasta concretó así un nuevo encuentro con las personas en situación de calle, motorizado por su vínculo con Horacio Ávila, cabeza de Proyecto 7, una entidad que desde 2003 trabaja con la temática.
Fito conoció la actividad de Proyecto 7 por una nota en TV y en 2015 fue con su piano al Monteagudo, de Parque Patricios. De esa experiencia nació la canción «La canción liberada» que, además, dio nombre a su más reciente disco, publicado en noviembre pasado.
El raid social y mediático de Páez incluyó ayer otra visita al Monteagudo para, en ese caso, registrar una nota con Bebe Contepomi, que saldrá próximamente en «La Viola», el programa musical que se emite por la señal de cable TN.
«En lo que yo pueda ayudar saben que cuentan conmigo», inisistió el hacedor de álbumes como «Ciudad de pobres corazones» y «Confiá» y esa premisa estará presente y visible cuando cuando presente su flamante placa en el estadio Luna Park en las noches del 28 y 29 de abril.
Ávila adelantó al respecto que «en las veredas del Luna vamos a recolectar ayuda solidaria para los centros: leche, pañales, ropas y alimentos no perecederos».
Las visitas de Fito a ambos sitios concluyeron con mini-recitales que ofreció en compañía de un piano eléctrico azul con el que repasó algunas de las canciones de su vasta y reconocida obra.