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Lima 2019

De Mary Terán de Weiss a Podoroska: dos rosarinas unidas por el oro


  Por Franco Albornoz

Las dos son rosarinas. Ambas se destacaron como tenistas. Una nació en 1918 y la otra en 1997. La primera dejó su huella en el pasado, la segunda lo hace en el presente, y sin dudas que lo hará en el futuro. Mary Terán de Weiss y Nadia Podoroska no se conocieron. Pero sus historias están unidas por el oro Panamericano. Y por una derecha formidable.

Primero fue “La Piba” quien se subió a lo más alto del podio en una cita continental tras ganar dos medallas de oro y una de bronce en los primeros Juegos Panamericanos, disputados en Buenos Aires en 1951. En esa época estaba considerada una de las mejores veinte tenistas del mundo.

Su padre atendía el buffet del Rowing Club y posteriormente se independizó para instalar un local gastronómico propio a orillas del Paraná. Desde muy pequeña practicó deportes: natación, remo y tenis. Luego pasó a entrenar en el tradicional Club Atlético del Rosario, hasta que llegó a Buenos Aires.

Entre los logros deportivos obtenidos se le reconoce el Abierto de Irlanda (1950), el de Israel (1950), el de Alemania (1951), Baden-Baden (1951) y Welsh (1954). Además, ganó varias veces el Torneo del Río de la Plata y el Plate de Wimbledon. En 1948, alcanzó los cuartos de final del Abierto de Francia.

Pero este domingo fue “La Rusita” quien cumplió su sueño dorado en los Panamericanos. La rosarina ganó la medalla de oro en la final del individual femenino del tenis en Lima, al vencer a la estadounidense Caroline Dolehide por 2-6, 6-3 y 7-6 (7-4) y consiguió el pasaje a los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.

Nieta de ucranianos, aquella niña que agarró por primera vez una raqueta a los 5 años en el Club Fisherton de Rosario ganó además su plaza para los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, algo que deberá revalidar quedando entre las 300 mejores del mundo en la previa de la cita olímpica.

Dueña de una derecha avasallante. Con 14 años y nueve meses, se convirtió en una de las argentinas de menor edad en conseguir puntos WTA, por detrás de Gabriela Sabatini y Gisela Dulko. Desde allí tuvo un crecimiento meteórico que la llevó a ganarse el respeto del universo del tenis.

Tras años de sacrificio y esfuerzo diario, Podoroska tiene más vivas que nunca sus ilusiones. De apellido ucraniano. De corazón rosarino. Sueña con meterse entre las mejores del mundo. Tiene todas las condiciones para lograrlo. Sólo es una cuestión de tiempo.

En una final inolvidable, la rosarina Podoroska se quedó con el oro