En el marco de la Semana Mundial de la Lactancia Materna, que se conmemora del 1 al 7 de agosto en más de 170 países, la Organización Mundial de la Salud (OMS) realizó una serie de indicaciones para el crecimiento óptimo de los más pequeños.
Según la OMS, hay que alimentar a los lactantes exclusivamente con leche materna durante los seis primeros meses de vida. La lactancia materna exclusiva significa que no se debe no proporcionar al bebé ningún alimento ni bebida (ni siquiera agua) que no sea la leche materna.
La OMS señaló que la leche materna es el alimento idóneo para el crecimiento y el desarrollo sano del bebé. Pero además, la lactancia materna forma parte del proceso reproductivo, y tiene importantes repercusiones para la salud de las madres.
Después de los 180 días, se recomienda que se empiece a dar a los niños alimentos complementarios. Entre 2 ó 3 veces al día entre los 6 y 8 meses de edad, y 3 veces al día más un refrigerio nutritivo de los 9 a los 11 meses. En tanto que, entre los 12 y los 24 meses, deben darse tres comidas y pueden ofrecer otros dos refrigerios nutritivos, si así lo desean.
La OMS remarcó que los alimentos deben poder brindar suficiente energía, proteínas y micronutrientes para cubrir las necesidades nutricionales del niño en crecimiento. Además, deben prepararse y administrarse de forma higiénica para evitar al máximo el riesgo de contaminación.
La alimentación de los más pequeños necesita una atención activa y una constante estimulación ya que la transición desde la lactancia materna exclusiva hasta el consumo de los alimentos de la familia es un periodo delicado.
Durante esta etapa, los niños pequeños comienzan a padecer problemas de nutrición, lo que contribuye sobremanera a la elevada prevalencia de la malnutrición entre los niños menores de cinco años en todo el mundo. Por esto, es de vital importancia que los niños reciban alimentos complementarios apropiados, suficientes y seguros para que el paso de la lactancia a la alimentación familiar se produzca sin problemas.