Estados Unidos y Rusia proclamaron este sábado el fin de un tratado bilateral de la época de la Guerra Fría considerado un pilar del control de las armas nucleares, con acusaciones mutuas y en medio de crecientes temores mundiales a una nueva carrera armamentista.
Luego de esta decisión, Ernie Moniz y San Nunn, copresidentes de Nuclear Threat Initiative, una organización sin fines de lucro, aseguraron: “Desde que se produjo la crisis de los misiles de Cuba en 1962 el riesgo de confrontación entre EE.UU-Rusia implicando el uso de armas nucleares nunca ha sido tan alto como en este momento”.
Por su parte, el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas, António Guterres, también tuvo un comentario al respecto. En su consideración, al no renovarse el tratado, el planeta perdió «un freno valor incalculable de la guerra nuclear».
Asimismo, sostuvo: «Esto aumentará, no reducirá, la amenaza que suponen los misiles balísticos». El mandatario no escondió su preocupación por las tensiones entre estados con armas nucleares.
Washington y Moscú se responsabilizaron por la muerte del tratado INF, firmado por el presidente Ronald Reagan y el líder soviético Mijail Gorbachov en 1987 para eliminar los misiles nucleares de medio y corto alcance.
Según Estados Unidos, Rusia ha estado desarrollando y emplazando armas que violan el tratado y que amenazan no sólo sus intereses sino también a sus aliados, en especial en Europa.
«Rusia es la única responsable de la muerte del tratado», dijo el secretario de Estado norteamericano Mike Pompeo, seis meses después de denunciar el pacto por la negativa de Moscú de destruir un misil de crucero, el 9M729, que según Washington lo viola.
En Moscú, sin embargo, la Cancillería rusa dijo en un comunicado que el INF dejó de existir hoy «por iniciativa» de Estados Unidos, luego de que el presidente Vladimir Putin también denunciara el pacto en febrero.
La Otan, por otro lado, cerró filas tras Washington, y no sólo acusó a Rusia por el fin del tratado sino que prometió responder «de manera medida y responsable al significativo riesgo que el misil ruso 9M729 constituye para la seguridad de la Alianza» atlántica de 29 países.
Con el INF muerto, Estados Unidos es libre de desarrollar armas hasta ahora prohibidas, y el Pentágono ya ha pedido al Congreso que apruebe para 2020 un presupuesto de 10 millones de dólares destinado a esto precisamente.
Activistas temen que la salida de Estados Unidos del INF empuje a ambas naciones a eliminar también el pacto aún más importante New Start, que expira en 2021 y que ahora es el único acuerdo de control de armas nucleares entre Estados Unidos y Rusia.
A lo largo de su vida, el tratado INF permitió la eliminación de 2.692 misiles balísticos terrestres o de crucero nucleares y convencionales. Hasta su expiración, el INF prohibió a los dos países fabricar, desplegar o realizar pruebas de misiles con un alcance de entre 500 y 5.500 kilómetros.