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Moscú: la policía detuvo a más de 1.000 manifestantes opositores


La policía rusa arrestó este sábado a más de un millar de manifestantes que salieron a las calles de Moscú a reclamar elecciones libres y justas, pese a las advertencias y detenciones que hubo durante toda la semana para que la protesta no se realice. Según el portal OVD Info, especializado en el recuento de detenidos en manifestaciones, habían sido apresadas 1.007 personas durante la protesta, indicó la agencia EFE. Pero, la Policía únicamente había reconocido 295 arrestos, de acuerdo con la agencia Interfax.

Decenas de personas fueron detenidas a medida que se acercaban a la principal avenida de Moscú al grito de «vergüenza» o «elecciones libres», mientras que los que no fueron atrapados se vieron obligados a retroceder hasta calles adyacentes forzados por los cordones de oficiales antimotines.

La protesta, que no fue autorizada por el ayuntamiento de Moscú, se produjo una semana después de una marcha similar que reunió a entre 12.000 y 22.000 personas, depende de quien cuente, bajo el mismo reclamo.

La oposición convocó las manifestaciones para rechazar el veto a las candidaturas independientes de 57 ciudadanos, de cara a las elecciones legislativas del 8 de septiembre en la capital, Moscú, que las encuestas anticipan complicadas para los candidatos que apoyan al oficialismo.

OVD Info, una organización especializada en el seguimiento de las manifestaciones, reportó unos 500 arrestos tres horas después del inicio de la protesta, mientras que la policía municipal dijo que eran 295, informó la agencia de noticias estatal rusa TASS.

Varios referentes de la oposición habían sido detenidos incluso antes de la manifestación, entre ellos Ilia Yashin, Liubov Sobol o Dmitri Gudkov, quien ayer subrayó que la cuestión iba más allá de las elecciones locales.

«Se trata de saber si, en la Rusia actual, es posible hacer política legalmente», señaló Gudkov.

Foto: Reuters

Además de detener opositores, las fuerzas registraron durante esta semana el domicilio de varios candidatos, entre ellos el de la principal figura de la oposición, Alexey Navalni, quien quedó detenido el miércoles, condenado a 30 días de prisión por violar «las reglas de las manifestaciones».

La acción judicial llega después de que se le abriera una causa por «obstaculizar el trabajo de la Comisión Electoral» de Moscú, a raíz de unas manifestaciones celebradas en julio pasado, que podría dar lugar a penas de hasta cinco años de prisión.

La estrategia judicial recuerda a las condenas a opositores en 2011-2012, que protestaban contra la vuelta del actual presidente, Vladimir Putin, al Kremlin.

Amnistía Internacional criticó el «intento abierto y descarado de las autoridades rusas para intimidar a la oposición» y alertó sobre sus temores a una «próxima represión masiva». Antes de la manifestación, la policía de Moscú advirtió a los ciudadanos sobre la prohibición de la protesta y aconsejó que la prensa se identifique para cubrir el evento, con lo que sugirió que habría arrestos masivos.

Putin, cuya popularidad aumentó de manera excepcional con la anexión de Crimea, enfrenta unos comicios complicados para su partido debido a que desde su reelección, el año pasado, su imagen ha caído.

La disputa por las candidaturas comenzó con el rechazo a la inscripción de cerca de 60 candidatos a legisladores del parlamento moscovita por errores en las firmas de apoyo que necesitan para presentarse.

Los excluidos denunciaron irregularidades para perjudicar a los candidatos independientes y acusaron al alcalde, Serguei Sobianin, de querer asfixiar a la oposición. Los opositores afirman que las autoridades manipularon las firmas y después las declararon falsas.

Entre los 57 excluidos están los principales opositores al Kremlin: Liubov Sobol, que trabaja con Navalni; el ex diputado Dmitri Gudkov, el dirigente del partido liberal Yabloko Serguéi Mitrojin, e Ilia Yashin.

El Comité de Derechos Humanos adjunto al Kremlin se manifestó a favor de inscribir a los candidatos opositores con el argumento de que no permitirles participar significaría ignorar «la voluntad de miles de electores».