CLG dialogó con Gustavo D'Andrea, vocal de la comisión directiva, quien relató la angustiante situación que viven los clubes con pileta climatizada: "Lo estamos sosteniendo a pérdida"
Los clubes de barrio fueron, sin lugar a dudas, unas de las instituciones más afectadas por los tarifazos de los últimos años. Las boletas de luz, agua y gas se tornaron en muchos casos impagables, pese a algunos esfuerzos de implementar una tarifa social. Ahora, con la llegada del invierno, las instituciones con pileta climatizada afrontan boletas de gas extremadamente caras.
Uno de esos casos es el del club Echesortu, ubicado en San Nicolás 1350, en el barrio que le otorga su nombre. A esta histórica institución rosarina que posee dos piletas le llegó una factura de gas que alcanza los 185.000 pesos, una cifra impactante. CLG dialogó con Gustavo D’Andrea, vocal de la comisión directiva, quien habló sobre la angustiante situación que atraviesan y aseguró que en Rosario «hay piletas que decidieron no abrir«.
«A partir de principios de 2018 las tarifas se empezaron a descontrolar. Tuvimos un grave problema a partir de mitad de año porque sacaron todas las tarifas sociales y ahora cada club paga como si fuese una casa o una empresa. Eso hizo que del año pasado a éste el gas haya aumentado un 240%. Los clubes están sosteniendo la actividad a pérdida y no sé por cuánto tiempo más lo van a poder hacer», explicó.
D’Andrea indicó que los que pueden mantener la actividad son «los que tienen la parte deportiva dentro de la natación», como waterpolo o dictan cursos de guardavidas.
Además, se refirió a la función social que cumple Echesortu: «Estamos muy comprometidos con convenios con chicos de capacidades diferentes, tenemos un nadador paralímpico que el año que viene va a los Juegos Paralímpicos y el club está haciendo todo el esfuerzo para no cortar ninguna actividad, pero es una vergüenza lo que estamos pasando».
Por otra parte, dio detalles de cómo hacen en el club para tratar de palear los gastos: «Por ahora lo estamos sosteniendo pero con muchos aumentos en las cuotas y abonos de los socios. Tratamos de aumentar paulatinamente para que no se le haga tan duro al socio, pero se le complica igual. Tapamos las piletas para mantener la temperatura, la mayoría de los clubes lo están haciendo. Así y todo, es carísimo».
«La última factura que nos llegó, que es la de mayo, fue de $125.000 en la sede y de $60.000 en el anexo, que es una pileta pequeña. Estamos pagando casi $200.000 tratando de ahorrar todo lo posible. Si no tuviéramos las piletas también sería muy difícil porque tenemos cuatro vestuarios, el buffet usa los hornos, se hace insostenible para la permanencia de un club», añadió.
«No vemos un cambio en el futuro cercano, prometieron que no iba a haber más aumentos en los servicios pero se hace insostenible. La gente no tiene dinero y lo primero que hacen es sacarse las salidas, luego el deporte, después la educación y la salud», concluyó.
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