Que ya nadie escriba cartas y las meta en un buzón no significa que el correo esté obsoleto. Su futuro "está en la logística", afirma Walter Palombi, secretario general del gremio en Rosario, en diálogo con CLG
Por Gina Verona Muzzio
Muchos niños y jóvenes jamás han tenido la sorpresa de recibir en sus casas la carta de algún ser querido que vive lejos. Tampoco han sentido la ansiedad de enviar un mensaje escrito en papel, guardado en un sobre cerrado, anhelando que llegue rápido a destino. Actualmente, ante la posibilidad que brindan las nuevas tecnologías y la inmediatez de la comunicación por mensajes de texto vía teléfonos celulares, videollamadas y mails, ya ni aquellos que se criaron con el correo tradicional se detienen a escribir una carta, pegarle una estampilla y depositarla en los buzones rojos. La función social del Correo ha cambiado en todo el mundo, para conocer qué le deparan los nuevos tiempos a esta institución estatal, Con la Gente conversó con Walter Palombi, secretario general del Sindicato de Trabajadores de Correo de Rosario.
En la conformación de cualquier ciudad o pueblo del país, suelen emplazarse alrededor de la plaza central: la Municipalidad o comuna, la iglesia y el correo. Así es en Rosario, con el Palacio de los Leones junto a la Catedral, en calle Buenos Aires al 700, y frente a ellas, la Plaza 25 de Mayo, emblema de luchas históricas. Apenas doblando la esquina, sobre calle Córdoba está el edificio del Correo Argentino.
Durante toda la charla con CLG, Palombi hizo especial hincapié en la necesidad de “una ley de marco regulatorio postal”. Para explicar cómo fue cambiando la función del correo y destacar la importancia de esta legislación, el trabajador postal se retrotrajo a los primeros momentos en que el envío tradicional de correo fue desplazado por la tecnología. “Esto viene de mucho más atrás, de la década del 70 o principios de los 80, con la implementación del fax. Históricamente las listas de precios, todo lo comercial venía por correo. A partir del fax empezó a haber menos cosas que venían por correo y automáticamente se mandaban por fax. Ni hablar cuando la tecnología fue avanzando”, explicó.
Lejos de negar u oponerse a los adelantos tecnológicos, Palombi considera que el Correo puede adaptarse y seguir en vigencia y creciendo con nuevas tareas. “Nosotros no nos vamos a negar a los avances, pero tiene que haber una ley de marco regulatorio que disponga, como en muchos lugares del mundo, que cada una de esas empresas que realicen tareas del correo de bandera tengan que pagar importes para subvencionar a los correos del Estado”, consideró. Y agregó: “Son muy pocos los países del mundo que tienen los correos privatizados. Uno de ellos éramos nosotros, hasta que el 19 de noviembre de 2003, Néstor Kirchner tomó la decisión patriótica de recuperarlo para el Estado”.
El titular del Sindicato de Trabajadores del Correo destacó que ante todo “el correo tiene una función social, tiene obligación de ir a cada uno de los rincones del país, al último pueblito del norte o del sur del país”. En este sentido destacó que “el correo en manos del Estado, como tiene que ser porque es una empresa pública, tiene que tener una ley que le permita subvencionarse para hacer esa tarea”. Además, Palombi comparó lo que pasó con el ferrocarril con lo que puede llegar a pasar con el correo: “Cuando desapareció el ferrocarril, desaparecieron pueblos enteros. Lo mismo pasó en muchas localidades cuando sacaron el correo, también desaparecieron pueblos enteros. El eje central de esto es la ley de marco regulatorio postal. En este país, a partir del 24 de marzo del 76 –primero- y después con Cavallo y Menem se atomizó el mercado postal”.
Las nuevas funciones del correo
En la actualidad, hay un boom de las compras por internet. Ya nadie escribe cartas, pero todos compran y pagan productos y servicios a través de la web. “Nosotros tenemos dos nuevos servicios: uno es mercadolibre.com, que no sólo lo hace el correo pero con lo que tiene mucho trabajo, y el servicio internacional, por todas las compras que se hacen en el exterior”, comentó Palombi. El gremialista agregó que a partir de las ventas de “Mercado Libre” hace un año y medio se inauguró en Uriburu y Circunvalación una planta exclusiva del área de logística.
“Hay muchísimos negocios que el correo puede hacer. Ni que hablar si recuperamos lo que el correo era antes, que vuelva a tener cajas de ahorro postal, por ejemplo. Es una cuestión de política de Estado”, aseguró. Y añadió: “En la época de Néstor y Cristina, entre tantos beneficios que daba el Estado, el correo tenía para repartir los decodificadores gratis para los jubilados, las netbooks para los chicos. No es que le sacábamos trabajo al Ansés, sino que éste tenía una oficina dentro del correo”.
El trabajador apuesta a que a partir de octubre cambie la gestión de gobierno nacional y se recuperen beneficios para los trabajadores y la institución que representa. En relación a los comicios, el Correo Argentino también cumple una importante función: “Tenemos el pliegue y repliegue de las urnas. Todo lo que tiene que ver con la logística. Somos los que recibimos las urnas, las llevamos y las retiramos. También el correo es el que contrata a aquellas personas que van a transmitir los telegramas. Eso también es una garantía de la transparencia de las elecciones”.
El futuro del correo
Si bien Palombi reconoció que recuperar todas las funciones que el Correo ha sabido tener “es imposible”, indicó: “Entonces queremos una ley que le permita a la empresa ser eficiente. Tenemos que agudizar todo el ingenio para que el trabajo de logística del correo explote y que haya cada vez más trabajo, que tengamos que abrir más plantas y tomar gente para garantizar los servicios. Es el Estado el que decide qué hacer con el correo, es su responsabilidad”.
“El futuro del correo pasa por la logística y una política fuerte del Estado nacional, que cada una de las tareas que realice en beneficio de la población inexorablemente tenga que pasar por el correo, por la función que éste tiene. El correo tiene seis mil bocas de expendio en todo el país, de norte a sur y de este a oeste. Cualquier servicio que brinde el Estado, ahí está el correo para darle una mano”, concluyó.
Cartas de latinoamericanas en el exterior
“Al estar viviendo lejos de mis seres queridos, elijo usualmente la alternativa de enviar cartas o postales. Si bien las tecnologías de hoy en día permiten una comunicación más instantánea y hasta podemos vernos las caras mientras hablamos estando a más de 11.000 kilómetros de distancia, se pierde la emoción de la sorpresa y se vuelve algo hasta rutinario”, expresó a CLG Bianca, una joven de 26 años que vive en la capital irlandesa de Dublín.
Valentina, uruguaya que habita la misma ciudad, afirmó que mandar una carta le parece “mucho más personal” y consideró que el uso de mensajes de WhatsApp y “el celular es cada día más impersonal”. Afirma además, que estando en su país natal nunca había usado el servicio postal pensando que no funcionaba, que no iban a llegar sus cartas. Tuvo que viajar miles de kilómetros para escribirle desde la República de Irlanda a sus familiares en Montevideo y comprobar que “llegaron rapidísimo”.
Por otra parte, Agustina, oriunda de Buenos Aires, ha intentado sin éxito mandar cartas a sus seres queridos. “Mandé tres tarjetas postales y nunca llegaron. El hecho de que mi familia tuviera algo hecho con mis propias manos, con mi escritura, con mi forma de letra y con un mensaje tan personal era una forma de hacerles llegar mi cariño y una partecita mía”, explicó. En el mismo sentido, Bianca aseguró: “Tener algo físico que un ser querido te mandó es muy valioso cuando se está lejos, te hace sentir más cerca. Muchos amigos y amigas que viven acá eligen hacer lo mismo. También, como acá mucha gente está de paso y va viajando de país en país, nos hemos mandado entre viajeros cuando nos separamos”.
En referencia al correo en la isla, las jóvenes contaron: “El correo se usa muchísimo. Según un amigo irlandés es porque no se ‘actualizan’. Muchos trámites burocráticos, desde bancarios hasta cuestiones laborales, sólo pueden realizarse por escrito y deben ser enviados por correo. También se acostumbra enviar tarjetas para Navidad o algún evento especial a familiares que están en otras ciudades”.