Babasónicos presentó anoche su último disco, «Discutible», con un show en el que todo el tiempo mostró alegría ante un Hipódromo repleto con más de 20.000 personas, en lo que fue el concierto más convocante en sus 28 años de carrera.
La banda de Lanús, que forjó identidad ya con su debut discográfico, «Pasto», nunca paró de crecer en convocatoria desde sus inicios, junto a grupos como Juana La Loca, Fun People, Catupecu Machu o Los Brujos, hasta esta actualidad que los mantiene como una de las bandas referencias del rock local, gracias a la impronta vanguardista que los caracterizó y se hizo presente en Palermo.
El vocalista Adrián Dárgelos ya lo había anticipado en la semana: el concierto contaría con tres bloques de 45 minutos cada uno, por lo que el público ya sabía de antemano que se iba a tratar de una larga noche de música «sónica».
A las 20.45, los siete músicos aparecieron en la oscuridad del escenario y como un vampiro encarnado en gaucho con capa, Dárgelos comenzó con los primeros versos de «Ingrediente», canción del último disco, a la que continuaron «En privado», «Bestia pequeña» y «Vampi», en un comienzo un tanto liviano que no ayudaba para entrar en calor en la fría noche.
Además, la pantalla gigante del fondo del escenario y las luces tampoco ayudaban: la primera sólo mostraba una línea de color y las segundas dejaban afuera a parte de la banda.
Pero ya con «El loco», «Pijamas» y la rockera «Sin mi diablo», la velada inició la subida de temperatura y la escenografía hizo juego con el poder y la entrega de la banda.
Así, se abrieron las puertas hacia un repertorio que repasó todo el flamante disco, sumando algunas canciones de «Jessico» e «Infame», en su mayoría.
De la lista elegida, se destacaron el rescate en una versión no tan lisérgica de «Sobre la hierba», del inoxidable «Pasto», y la siempre rendidora «Desfachados», que abre «Miami», dejando con las ganas a quienes se acercaron al Hipódromo esperando alguna sorpresa que pudiera venir desde «Dopádromo» o «Babasónica».
Babasónicos llegó, tocó y terminó su noche más completa haciendo honor a una trayectoria que los ubica como el grupo al que hay que seguir sus movimientos porque siempre está un paso adelante.
Así como en su momento fue Soda Stereo el que le dio una vuelta de tuerca al pop latino, hoy es Babasónicos el que le encuentra las hendijas al rock para llevarlo hacia experiencias alejadas del conservadurismo puritano.
Si hasta el inefable Ricardo Iorio se abrió al grupo en varios festivales y otras bandas que en un principio parecen alejadas de ellos buscan en sus trabajos inspiración, como lo reconoció Chary de Loquero.
Y es que Babasónicos nunca en sus 28 años se casó con un estilo o abrazó una etiqueta. Escuchar los riffs stoner de Mariano Roger, junto a la remera de Travis de Diego Rodríguez no confunden en lo más mínimo y hasta explican el look estilo Horacio Guaraní popero que presentó Dárgelos.
A comienzo de los 90, el vocalista dijo que quisiera que Charly García algún día los odiara porque el mítico músico «representa lo que nunca» quisieran ser; ya en 2018, le restó importancia y solemnidad a su show en el Teatro Colón: «Entre Cemento y el Colón hay sólo 20 cuadras de diferencia».
Y fue en ese código en el que Babasónicos se presentó anoche en el Hipódromo. Sin ataduras y con la mirada puesta en un futuro que presagia buenos y rupturistas augurios.