Rusia inició hoy un día de duelo nacional en el que se llevan a cabo los primeros funerales de las víctimas de un incendio que destruyó un shopping en una ciudad de Siberia y mató a 64 personas, la mayoría niños.
Las banderas ondeaban a media asta y los eventos culturales fueron cancelados por esta jornada de duelo, tres días después del incendio que el domingo enlutó a la ciudad industrial de Kemerovo y a todo el país.
Los funerales se realizan en medio de indignación popular por las flagrantes violaciones a las normas de seguridad del shopping, donde niños quedaron atrapados en un cine cerrado y el sistema de alarma anti incendio no funcionaba.
Un total de 41 chicos figuraron entre los muertos. La víctima más joven fue un niño de dos años, mientras que al menos 19 de los 64 muertos tenían menos de 10 años, según la lista definitiva difundida por las autoridades.
Las autoridades se han esforzado por mostrarse preocupadas, y aunque el presidente Vladimir Putin voló ayer a la ciudad y visitó el lugar del incendio, algunos analistas y familiares de las víctimas consideraron insuficiente la reacción oficial.
«Las autoridades tardaron en anunciar el día de duelo», dijo el analista político Abbas Gallyamov en declaraciones en la edición de hoy del diario económico Vedomosti.
«Quizás no quisieron arruinar el ambiente positivo posterior a la reelección (de Putin, el domingo 18 de marzo) y creían que la tragedia no iba a tener estas dimensiones», agregó, citado por la cadena CNN.
Las autoridades regionales han sido particularmente criticadas, sobre todo el gobernador Aman Tuleyev – que perdió a su sobrina en el incendio-, quien no ha visitado la escena de la tragedia ni se han reunido con los deudos.
En la región de Kemerovo, familiares celebraron hoy los primeros funerales tras la identificación de 27 cuerpos, informó el ministro de Emergencias regional, Alexander Mamontov.
Entre los que fueron enterrados figuraba Nadezhda Agarkova, de 57 años, quien murió
junto a sus dos nietos Konstantin, de ocho años, y Maria, de 10, en el cine del shopping, informó la agencia de noticias rusa Ria Novosti.
Ayer, cientos de habitantes de Kemerovo protestaron durante más de 10 horas en la plaza central de la ciudad, algunos de ellos con pancartas que pedían la renuncia de Tuleyev y la de Putin.
Mientras el presidente estuvo en la ciudad, no fue a la plaza y en cambio se reunió por separado con un pequeño grupo de manifestantes. También visitó a heridos en un hospital.
Los canales de TV transmitían hoy con un crespón negro sobre la pantalla y con el mensaje «Kemerovo, estamos de duelo», mientras que el canal de la Iglesia Ortodoxa, Spas, puso al aire un programa especial llamado «Kemerovo: ¿qué pueden hacer nuestras plegarias?.
Las banderas ondeaban a media asta y los eventos culturales fueron cancelados por esta jornada de duelo, tres días después del incendio que el domingo enlutó a la ciudad industrial de Kemerovo y a todo el país.
Los funerales se realizan en medio de indignación popular por las flagrantes violaciones a las normas de seguridad del shopping, donde niños quedaron atrapados en un cine cerrado y el sistema de alarma anti incendio no funcionaba.
Un total de 41 chicos figuraron entre los muertos. La víctima más joven fue un niño de dos años, mientras que al menos 19 de los 64 muertos tenían menos de 10 años, según la lista definitiva difundida por las autoridades.
Las autoridades se han esforzado por mostrarse preocupadas, y aunque el presidente Vladimir Putin voló ayer a la ciudad y visitó el lugar del incendio, algunos analistas y familiares de las víctimas consideraron insuficiente la reacción oficial.
«Las autoridades tardaron en anunciar el día de duelo», dijo el analista político Abbas Gallyamov en declaraciones en la edición de hoy del diario económico Vedomosti.
«Quizás no quisieron arruinar el ambiente positivo posterior a la reelección (de Putin, el domingo 18 de marzo) y creían que la tragedia no iba a tener estas dimensiones», agregó, citado por la cadena CNN.
Las autoridades regionales han sido particularmente criticadas, sobre todo el gobernador Aman Tuleyev – que perdió a su sobrina en el incendio-, quien no ha visitado la escena de la tragedia ni se han reunido con los deudos.
En la región de Kemerovo, familiares celebraron hoy los primeros funerales tras la identificación de 27 cuerpos, informó el ministro de Emergencias regional, Alexander Mamontov.
Entre los que fueron enterrados figuraba Nadezhda Agarkova, de 57 años, quien murió
junto a sus dos nietos Konstantin, de ocho años, y Maria, de 10, en el cine del shopping, informó la agencia de noticias rusa Ria Novosti.
Ayer, cientos de habitantes de Kemerovo protestaron durante más de 10 horas en la plaza central de la ciudad, algunos de ellos con pancartas que pedían la renuncia de Tuleyev y la de Putin.
Mientras el presidente estuvo en la ciudad, no fue a la plaza y en cambio se reunió por separado con un pequeño grupo de manifestantes. También visitó a heridos en un hospital.
Los canales de TV transmitían hoy con un crespón negro sobre la pantalla y con el mensaje «Kemerovo, estamos de duelo», mientras que el canal de la Iglesia Ortodoxa, Spas, puso al aire un programa especial llamado «Kemerovo: ¿qué pueden hacer nuestras plegarias?.