Por José Odisio
Esperar a veces tiene su costo. La dirigencia de Newell’s tomó ese riesgo. Gabriel Heinze era demasiado tentador como para no tener un poco o mucha paciencia. Y al final parece que el Gringo se va a quedar en Vélez, lo que puede ser una desilusión para los hinchas y un golpe para la dirigencia, que ahora, con apuro, deberá ir por una alternativa y no fallar.
Frank Darío Kudelka parece ser la opción más viable. Hay que ver si la dirigencia lo convence, algo que no parece tan complejo. Y se dice que hubo una llamada del Tata para darle apoyo, lo que no es poco en el mundo Newell’s.
Venga Heinze o Kudelka, la dirigencia no puede fallar en la llegada de los refuerzos. Newell’s afrontará una temporada angustiante con los promedios, y no puede afrontarla con pibes y refuerzos de escasos pergaminos. Fallar, en otros torneos, no fue fatal. Esta vez podría ser el empujón al abismo.
Para buscar refuerzos hace falta billetera. Y por eso hay que recurrir a lo que sea para tener dinero a mano. La venta de Lisandro Martínez ayuda a acomodar los atrasos. No alcanza. Vender al pibe Barrenechea sin que juegue un minuto en primera suena a pecado. Irse al descenso es peor. Hay que conseguir plata y las inferiores son una opción. ¿Y el fideicomiso? Se hizo tan largo y complicado como conseguir técnico. Pero va a salir. Y ahí se verá si los hinchas del corazón también lo son del bolsillo. Ahí también se necesitará el sentido de pertenencia.