El diputado Héctor Olivares y su asesor Miguel Yadón pasaron por primera vez frente al auto de sus asesinos nueve minutos antes del ataque y para el juez los autores actuaron con “alevosía” y “premeditación” al esconderse dentro de un vehículo con vidrios polarizados, detrás de un micro y por haber usado un arma con mira láser, informaron hoy fuentes judiciales.
Así surge de la imputación –a la que Télam tuvo acceso-, que se le leyó al presunto tirador, Juan José Navarro Cádiz (25), cuando esta madrugada y luego de haber llegado extraditado de Uruguay, fue indagado y se negó a declarar frente al juez en lo Criminal y Correccional 16, Mariano Iturralde, y la fiscal Estela Andrades.
“Se le atribuye haber tomado parte en la agresión armada del 9 de mayo de 2019 cerca de las 6.50 en la Avenida de Mayo, entre las arterias Presidente Luis Sáenz Peña y Luis Cevallos de la ciudad de Buenos Aires, en cuyo contexto se causó la muerte de quien en vida fuera Miguel Marcelo Yadón (…) e hirió de gravedad al diputado nacional Héctor Enrique Olivares provocando su posterior fallecimiento ocurrido el 12 de mayo”, dice la acusación.
Al abordar la figura de la alevosía –que convierte a este hecho en un doble homicidio agravado con pena de prisión perpetua-, el juez afirma que “los atacantes se valieron del estado de indefensión de las víctimas”.
“En circunstancias de tiempo y lugar antes apuntadas caminaban juntos en forma recreativa por una de las veredas de Avenida de Mayo, en contra del sentido vehicular, por el costado de la plaza de Congreso, es decir, en un espacio público con sus mecanismos de defensas bajos”, describe el magistrado.
Al referirse a los autores del doble crimen, el magistrado señala que «los agresores, permaneciendo a resguardo, ocultos en un vehículo Volkswagen Vento color gris dominio LYS656, es que aguardaron con total cautela ocultando su presencia y el arma de fuego con la que luego se perpetraría sorpresivamente la agresión”.
Sobre esa pistola Bersa Thunder calibre .40 usada en el hecho y secuestrada en la casa de Navarro Cádiz, Iturralde recalca que “además se encontraba acondicionada con un dispositivo de mira láser que aseguraría el éxito del ataque”.
“El ocultamiento señalado se vio reforzado ya que el Vento presentaba vidrios polarizados, así también por el lugar donde estacionaron el vehículo, detrás de un vehículo de gran porte que dificultaba la visión de las víctimas mientras avanzaban hacia el lugar y porque en consiguiente disminuyó toda posibilidad de acción defensiva”, agrega la imputación.
El juez resalta que “además, nueve minutos antes, los agresores pudieron detectar y seguir los movimientos de las víctimas mientras giraban en torno a la plaza, pues pasaron 6.41 frente a la posición de los agresores dando una primera vuelta”.
“Los extremos ya apuntados vislumbran el obrar premeditado de los coautores para desplegar con seguridad aquel accionar que resultó letal”, recalca el magistrado.
La descripción del hecho también precisa una serie de datos como que Yadón falleció como consecuencia de tres balazos –no cuatro como se mencionaba-, que le impactaron “en la zona de cuello, axila y pelvis” provocándole una “hemorragia interna y externa”, mientras que en el caso de Olivares fue un único disparo en la región del «abdomen» que entró, salió y después también lesionó su “miembro superior derecho”.