Espectáculos

Roberto Lavoy: El verdadero campeón del carlito rosarino


Por Mario Luzuriaga – Video Fernando Der Meguerdichian.

Estamos rodeados de campeones y por lo general son por logros deportivos, pero los que más llaman la atención son aquellos que son los que triunfan en la vida.

Está finalizando la Semana Gastronómica Rosario y durante estos días se realizó el tradicional concurso del «mejor carlito» de la ciudad. Para los que no tienen idea qué es un carlito vamos a hacer un poco de historia de este plato típico rosarino.

El carlito nació en el bar «Cachito» que estaba ubicado en avenida Pellegrini y esquina Maipu de la ciudad.Quien fue el inventor de éste bocadillo fue Rubén Ramirez y es considerado hoy día como el producto más rentable de la gastronomía rosarina.

Simplemente consiste en tostar pan de miga, jamón, queso, un toque de ketchup y manteca. Tan elemental que ha trascendido a nivel nacional, que siempre se hace una competencia todos los años.

Este año se hizo en el marco de la Semana Gastronómica Rosario y entre los jurados se encontraban los colegas Juan Junco y Sonia Marchesi. En esta competencia quien salió campeón en la categoría «Carlito especial», fue Roberto Lavoy.

Beto, como lo conocen sus compañeros, es un tímido pero respetuso cocinero del bar Augustus, que se llevó el premio mayor.

«La verdad que es algo increíble lo que me pasó. Éramos once competidores de distintos bares muy buenos y no me la esperaba», expresó Beto con una sonrisa tímida. Comentó que le puso empeño a lo que es el «Carlito de la casa», que se diferencia al resto de sus competidores.

Beto contó el gran secreto de este manjar que todos los rosarinos y porque no los turistas o lo que estén de paso, no pueden dejar de probar. «El carlito de la casa es el carlito de lomo. Consiste en usar pan de miga que no sea grueso, mayonesa, una pintada de ketchup, queso y lomo a la plancha. El secreto es que el lomo esté jugoso, pero tampoco ni crudo ni muy cocido».

El cocinero contó que hace veinte años que el sandwich está la venta y que es la primera vez que lo utilizan para competir. «Me tenía fe con ese carlito y al tener el noveno lugar noté que los jurados ya estaban llenos. Pero por suerte es más liviano y le hice un corte que le gustó a los jurados porque era más fácil de comer».

Le consultamos si vale la pena llenar el carlito y comentó que es invasivo cargarlo de rellenos porque no se pueden diferenciar los sabores.

El carlito de lomo lo pueden encontrar en el bar Augustus que se encuentra en peatonal Córdoba esquina Corrientes.