El gigante alemán de la agroquímica Bayer puede comprar a su rival estadounidense Monsanto a condición de resolver el solapamiento de actividades en sectores como las semillas o la agricultura digital, indicó hoy la Comisión Europea, dando su visto bueno a la fusión.
«Autorizamos el proyecto de adquisición de Monsanto por Bayer porque las soluciones propuestas por las partes (…) responden plenamente a nuestras preocupaciones en materia de competencia», dijo la comisaria europea del ramo, Margrethe Vestager.
Bruselas abrió el 22 de agosto de 2017 una investigación en profundidad sobre la adquisición de la empresa estadounidense especializada en pesticidas por Bayer, al temer que la operación pudiera reducir la competencia en un mercado ya de por sí concentrado.
La compañía alemana se comprometió, en el marco de la investigación, a ceder actividades y activos en el sector de las semillas y plaguicidas para evitar duplicidades con Monsanto, así como a conceder una licencia en su cartera de productos en el campo de la agricultura digital.
Bayer propuso en octubre vender por 6.000 millones de euros estas actividades agroquímicas a su compatriota BASF, una cesión que el ejecutivo comunitario estudia actualmente.
La fusión entre Bayer y Monsanto, anunciada en septiembre de 2016 por un monto de 66.000 millones de euros, no podrá finalizarse hasta que Bruselas termine este examen.
«La aprobación de la Comisión Europea es un gran éxito y un hito importante», declaró Werner Baumann, director general de Bayer, destacando que ya obtuvieron «significativamente más» de la mitad de las 30 autorizaciones necesarias, entre ellas de Brasil y China.
China ya dio su visto bueno a la operación el 13 de marzo, también con condiciones de ceder ciertas actividades, pero en Estados Unidos las autoridades de la competencia parecen reticentes a conceder la autorización.
Con su decisión, la Comisión Europea desoye a las oenegés que, durante la investigación, advirtieron el impacto en el medio ambiente y del poder que reuniría el grupo resultante de la fusión que fabrica organismos genéticamente modificados (OGM) y el glifosato, un controvertido herbicida.
«Esta fusión creará la corporación de agronegocios más grande y poderosa del mundo, que tratará de forzar la entrada de sus semillas genéticamente modificadas y pesticidas tóxicos en nuestros alimentos y en el campo», apuntó este miércoles Adrian Bebb, de Amigos de la Tierra.
La nueva operación llega después que en marzo de 2017 Bruselas autorizara la fusión de los gigantes estadounidenses Dow y DuPont, así como la compra del suizo Syngenta por el gigante chino ChemChina, diez días más tarde.