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Hugo Arana: «Mi profesión es algo sagrado para mí; es sanadora»


Por Mario Luzuriaga

Uno de los más prestigiosos actores de este país llega a Rosario con un clásico. Se trata nada más y nada menos que Hugo Arana, un artista que brilla en teatro, cine y televisión. Recordado por sus papeles de «El groncho» y «Huguito Araña», creado por Hugo Moser en «Matrimonios y algo más», siempre fue un trabajador de la actuación que nunca defraudó al espectador.

Este fin de semana llega a la ciudad para presentar «La ratonera», una obra de suspenso que sólo se le pudo ocurrir a Agatha Christie. El actor dialogó con CLG acerca de la obra y su carrera.

— Ha interpretado cientos de personajes. ¿Interpretar a uno de Agatha Christie es un desafío?

— Es un gran placer porque es la primera vez que trabajo en un género policial, de misterio y crimen; y «La ratonera» es un récord total en la historia del teatro. En Londres lleva 67 años ininterrumpidos. Agatha Christie es una novelista única. Es un juego escénico muy entretenido: hay un crimen, un asesino, ocho personajes, todos sospechosos, y una investigación. Tiene humor, drama y misterio.

— Es un juego para usted de encarar este personaje…

— Y sí. Es un matrimonio que tiene una casona en la montaña y cuando cumplen el año de casados, deciden abrirla como hostería. Hay gente que llama y reserva como huéspedes, pero llega uno si avisar, que es mi personaje, que dice que se le encajó el auto en la nieve. Tuvo que ir trepando hasta llegar ahí y luego todos los personajes quedan atrapados en una tormenta de nieve. Es ahí donde se dan las situaciones, se sospecha que puede haber un crimen y tiene eso del policial que es perfecto. El que lee un policial siempre le quiere ganar al detective o darse cuenta quién es el culpable.

— Imagino cómo debe sentirse el público durante la obra…

— Uno se entera después por amigos o incluso del público que sospechaban de otros personajes y siguen luchando para teorizar (risas).

— Se lo nota feliz de interpretar a este personaje y se lo ve cómodo en escena. ¿Disfruta más estar arriba del escenario?

— Sí. Yo siento que mi profesión tiene algo sagrado. Uno conserva al niño jugando y me parece extraordinario, es muy sanador y genera armonía. Nietzsche decía que se logra la adultez cuando se logra la seriedad del niño cuando juega. Y eso es genial: un niño está seriamente jugando. Cuando montan un escoba y juegan que es un caballo alado, no está loco el nene. Sabe que es un escoba, pero es capaz de construir esa realidad. Poder conservar el niño jugando es maravilloso.

— Cuando usted sale a la calle y se encuentra con el público, ¿qué papel le recuerdan?

— En general tiene que ver con «Matrimonios y algo más», donde a mí me pasa lo mismo. Si alguien me hace reír uno queda como agradecido y queda en el recuerdo. Mucha gente habla de «El groncho», de «Huguito Araña», pero hay muchas cosas. Yo tengo recuerdos de muchos trabajos que me han ayudado, incluso los que no han tenido éxito. Cuando me preguntan eso respondo: ‘pregúntele a un matrimonio con siete hijos a qué hijo quiere más’. Es muy probable que quieran más al que es más frágil; del que más se han encargado. A lo mejor no ha trascendido el personaje, pero a mí me ha generado una aventura de búsqueda.

— Recuerdo uno en particular que fue en «Las puertitas del Sr. López».

— Sí, me acuerdo que había una pelea ninja y tenía que estar vestido así y tenía que usar un sable. Vino un doble, un muchacho argentino que hacía dobles en Estados Unidos, que era extraordinario y tuvimos que hacer esa escena. Muy divertido.

— Hablando de la actualidad, hay un personaje que se viene a la mente que fue en «Made in Argentina», que después hizo la obra.

— Yo la hice en 1987. Brandoni tenía un compromiso en Bogotá. Era él, Martha Bianchi, Leonor Manso y Pato Contreras. Después se separaron las parejas, y llamaron de urgencia a Brandoni, a Betiana Blum y a mí; ensayamos a mil 10 o 12 días y fuimos a Colombia e hicimos 25 funciones. Después en 2001, en el corralito, lo hicimos. Es una obra estupenda porque habla del exilio, de la injusticia, del horror de las amenazas de muerte y demás.

— Además del teatro, ¿tiene un nuevo proyecto?

— Hace poco estrenamos una película que se llama «Delicia», que protagoniza Beatriz Spelzini y yo, donde interpreto a un ciego; y otra que se llama «Todavía», que aún no se estrenó. De ficción no hay nada en televisión. La obra social de actores peligra porque no ingresa dinero, pero sigo de gira con «La ratonera».