Científicos han publicado los resultados de sus estudios sobre los descubrimientos realizados en el cenote ubicado en la península Yucatán. Un grupo de investigadores de México y Estados Unidos ha descrito los hallazgos realizados en el fondo del cenote Hoyo Negro en México, entre los que figuran huesos de dos animales carnívoros prehistóricos, parecidos a un lobo y un oso, y dos esqueletos humanos. La investigación fue publicada en la revista Biology Letters.
En 2007, investigadores descubrieron en este cenote ubicado en la península de Yucatán numerosos huesos de animales que datan de hasta 30.000 años, así como dos esqueletos humanos. Según publicó el portal Phys.org, el análisis de los descubrimientos en el cenote de la península de Yucatán ha mostrado que algunos animales, que antes se pensó que existían solo en América del Sur, también habitaron en México.
El medio precisa que miles de años atrás la cueva era seca, y que los animales murieron al caer por un hoyo en la superficie, desde una altura de 60 metros. Cuando la cueva se llenó de agua por el derretimiento de glaciares, esto preservó los huesos, y en los últimos 12 años los científicos lograron recuperar varios esqueletos.
Entre ellos figura la osamenta de un humano de unos 12.000 años y otro esqueleto de unos 13.000 años. Este último, hallado en 2007, es considerado uno de los más antiguos del hemisferio occidental. Los investigadores creen que pertenece a una adolescente, y que sus restos podrían proporcionar nuevas pistas sobre el origen de los primeros nativos americanos.
Asimismo, se encontraron huesos de numerosas especies de perezosos terrestres, tapires, felinos dientes de sable, y gonfotéridos (similares a los elefantes modernos). Entre los hallazgos se destacan la especie extinta Protocyon troglodytes, que se asemejaba a un lobo, y el oso extinto Arctotherium wingei. Estas dos especies habitaron América del Sur durante el Pleistoceno, y anteriormente no había evidencias de que hayan vivido fuera de esa región. De este modo, el estudio «presenta los primeros registros publicados de Arctotherium y Protocyon fuera de Sudamérica, y expande sus distribuciones a más de 2.000 km de América del Sur».