El porcentaje de viviendas infectadas por la vinchuca, principal insecto vector de la enfermedad de Chagas, se redujo del 31% a menos del 1% en siete comunidades rurales en Chaco, tras un trabajo de siete años desarrollado por investigadores de la UBA y el Conicet, informó este viernes un organismo científico.
Se trata de un programa que permitió la «cuasi-eliminación» del insecto vector y, en consecuencia, suprimió el riesgo de transmisión vectorial del Trypanosoma cruzi, parásito causante de la enfermedad de Chagas, detalló la agencia de noticias científicas y tecnológicas argentina (agencia CyTA-Instituto Leloir).
El proyecto, descripto en la revista «PLOS Neglected Tropical Diseases», se realizó en siete comunidades rurales de Pampa del Indio, una localidad casi en el límite con Formosa y ubicada a 215 km al noroeste de la ciudad de Resistencia. Abarcó casi 500 viviendas habitadas por 2400 personas, en su mayoría, miembros de la comunidad Qom.
«Nuestros resultados corroboran el potencial de la vigilancia basada en el trabajo con la comunidad a la vez que muestran la necesidad de potenciar las capacidades locales, incluyendo la participación protagónica de los agentes sanitarios, las escuelas y otros líderes comunitarios», afirmó María Sol Gaspe, primera autora del estudio e investigadora del Laboratorio de Eco-Epidemiología, una institución liderada por Ricardo Gürtler y dependiente de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales (FCEN) de la UBA, y el Instituto de Ecología, Genética y Evolución de Buenos Aires (Iegeba-Conicet).
Durante el estudio, que se inició en 2018, los científicos y técnicos de los Programas Provincial y Nacional de Chagas buscaron vinchucas en cada una de las estructuras de las viviendas, incluyendo dormitorios, cocinas, depósitos y gallineros.
Para que los insectos salieran de sus refugios, aplicaron un aerosol irritante y luego los técnicos rociaron las viviendas con insecticidas piretroides. Gaspe explicó que los muy bajos niveles de infestación al final del programa se debieron a los efectos de las intervenciones con insecticida combinados con el frecuente traslado de los hogares.
Este proceso implicaba en la mayoría de los casos la destrucción y reconstrucción de sus viviendas precarias, en el contexto social vulnerable de las poblaciones indígenas. La investigadora sostuvo que «resulta imprescindible considerar los aspectos sociodemográficos y culturales al momento de diseñar e implementar este tipo de intervenciones para lograr resultados sostenibles”.