Al cumplirse los 40 años de sacerdocio del padre Ignacio, casi 400 mil fieles católicos se sumaron a la tradición religiosa.
Decenas de miles de fieles católicos llegados de todo el país acudieron este Viernes Santo al Vía Crucis que se realizó en barrio Rucci, desde la parroquia Natividad del Señor, y que fue presidido por el popular Padre Ignacio Peries. «Gracias por la fe que tienen. Mueve montañas«, expresó el párroco cuando subió al escenario para dar su mensaje final, donde pidió por las «familias, los niños, los enfermos, por la seguridad del pueblo y para que Dios ilumine los corazones duros».
La masiva convocatoria, que reproduce bajo la tradición cristiana el calvario de Jesús, se realiza todos los años desde 1979 y desde el mediodía, los fieles de todo el país e incluso del exterior, comenzaron a congregarse en la iglesia ubicada en el barrio Rucci, en zona norte.
«Para mí la fe es lo más importante, no importa en que se crea el Padre ayuda igual y sabemos que sana», dijo una vecina que todos los años participa del multitudinario evento religioso.
Cerca de las 19.30 salió la primera cruz y peregrinación a realizar el paso por las distintas estaciones. Una hora después, fue el turno de la que acompañó al padre Ignacio, que cumplió 40 años en la profesión, junto a una gran multitud.
Antes del comienzo de recorrido, el padre declaró: «Todos tienen problemas, no sólo este año, sino siempre. Económicos, sociales y de enfermedades. Por eso esta noche invito a todos a aliviar la mochila y dejar los problemas porque si hay fe, la fe mueve montañas para llevar la cruz de cada día».
El ceilandés nacionalizado argentino respondió que le duele la pobreza, cuando le consultaron por ello: «Hay mucha gente sin trabajo, sin obra social, es una realidad que está pasando, y que tampoco tienen la posibilidad de lograr lo que quieren».
En la primera estación, el párroco destacó la importancia de «descubrir los dones de Dios» y de «aceptarnos tal cual somos». En la siguiente, agregó: «Uno tiene que valorar el pasado, y aprender de ello. Valorar lo que somos. Un error no nos condena al infierno. Hay que volver a caminar y encontrar un mejor futuro».
Antes de la décima estación, Ignacio envió otro mensaje: «A veces la vida parece un misterio, pero todos somos una caja de herramientas. Dios nos dio una enseñanza, un libro de reglas para transformar un tropezón en un escalón. Todos los obstáculos serán un paso más en la vida. La fe mueve montañas. La gracia es aprender. Y cuando uno se siente mal, Dios está para ayudar a superar esos conflictos en la vida».
«La vagancia e indecisión a veces nos lleva a la depresión y frustración. Por eso hay que tomar decisiones, y por eso pedimos a Jesús la gracia de ayudarnos a tomar decisiones para poder cumplir nuestros objetivos», expresó en la llegada a la estación onceava.
Pasadas las 23.30, culminó la 14 estación y el párroco nacido en Sri-Lanka subió al escenario para la oración final y dar su mensaje de Viernes Santo: «Este año cumplo 40 años de sacerdocio, con ustedes, y es gracias a ustedes que continúo. Si uno no se siente apoyado, es difícil cargar con la cruz día a día. Por eso es importante la unidad, el amor y la paz, para superar los problemas de día a día». No se olviden padres que son cireneos de los hijos. Por conflictos mayores a veces nos olvidamos de los niños, pero ellos nos necesitan».
Mirá las imágenes:
La Municipalidad de Rosario programó para la jornada un dispositivo de prevención en la zona en el que participan más de 400 agentes. Hubo cortes desde las 14 y desvíos en la circulación.
El recorrido, de poco más de seis kilómetros, que realizaron los fieles:
Durante la tarde se llevaron a cabo lecturas e intercesiones, además de la celebración de la comunión entre los presentes en la iglesia. También, los niños recorrieron las calles adyacentes al templo en el Vía Crucis infantil.
El padre Ignacio encabezó el Vía Crucis de los niños y celebró la misa