Un profesor oriundo de Serodino que padece daltonismo, por lo cuál no distingue algunos colores, fue sorprendido con un obsequio muy especial. Comenzó a abrir el regalo y se encontró con un par de gafas. “No sabía de qué se trataba. Cuando me los coloqué y levanté la vista, vi el verde de los árboles y mi auto que es rojo. Es un sueño, algo maravilloso”, contó.
Algunas cosas que para muchos son comunes, para Alejandro eran muy diferentes. “Cambió todo para mi, el hecho de elegirme la ropa que yo quiero, ver los colores, no usar las lapiceras en la escuela con el nombre de los colores atrás. Es un sueño que parecía imposible. No podía parar de llorar”, confió aún emocionado.
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Es que este tipo de lentes no son fáciles de conseguir y significan algo muy preciado para las personas que padecen esta alteración de origen genético en la capacidad de distinguir los colores. Tal es así que el maestro reconoció: “Hay algunos colores que tengo que aprender porque no los registraba”.
Agradecido por el gesto y el regalo que le cambió la vida, redondeó: “Ahora todo cambia, puedo elegir las cosas porque me gustan realmente”. Además contó una anécdota graciosa, siendo hincha fanático de Central: “Yo creía que tenía una moto marrón y negra y todos me cargaban porque en realidad era roja y negra”.
Fuente: sl24.com.ar