Fernando Cesaretti comenzó a compartir fotos históricas de Rosario en redes sociales y un tiempo después, creó una página en esa plataforma, a la que acceden miles de personas.
Por Emilia Ottogalli
Fernando Cesaretti es un apasionado de la historia y sobre todo de la ciudad. Las fotos son el documento ideal para conocer más sobre tiempos pasados. Y la emoción que lo recorre cada vez que cuenta todo lo que hay detrás de una determinada imagen es innegable.
Hace algunos años comenzó a compartir su pasión en las redes sociales. Primero, en su cuenta de Facebook y después de un tiempo decidió crear una página en esa plataforma: Rosario en el Recuerdo. Hoy, tiene además una cuenta de Twitter y otra iniciativa llamada Buenos Aires en el Recuerdo. Todas son un éxito. CLG dialogó con Fernando para conocer un poco más sobre su historia.
«Esto empezó hace unos cinco años. Tenía muy pocas fotos en ese momento y lo llevaba un poco a regañadientes. Incorporando pocas fotos y con pocos seguidores», recordó al principio. Es que como todo, su iniciativa fue de menos a más.
Hubo un momento, o más que un momento una imagen que hizo que cambiara un poco el rumbo del pasatiempo de Fernando. «Un día no tenía una foto concreta para subir y encontré algo que me hizo dudar. Era una foto de los años ’30», relató. Y continuó: «En Avenida Alberdi y French, donde está la iglesia del Perpetuo Socorro. Se nota a la distancia su perfil. Podía ser una imagen de hoy esa, no cambió nada en la arquitectura de la iglesia. La diferencia estaba en que Avenida Alberdi estaba con vías tranviarias y empedrada. Y había en la esquina un kiosco de material».
Cuando subió esa imagen, «empezó a difundirse la página». «Hubo gente que empezó a enviar el enlace a otros. La gente tomó la iglesia como una referencia de su propia historia: ‘ahí se casó mi mamá’, ‘ahí tomé la comunión’, etc», detalló. Así, con una imagen y sin buscarlo explícitamente logró darse a conocer. La cantidad de seguidores lo «obligó a buscar más imágenes y tener mayor consecuencia en las subidas».
https://www.facebook.com/rosarioenelrecuerdo/photos/a.324890564234588/913521788704793/?type=3&theater
Para cada una de estas postales, Fernando tiene un comentario, o propiamente dicho, un epígrafe. Algo que se toma en serio: «Siempre cuidé el epígrafe. Yo no soy dueño de ninguna verdad, me gusta la historia antigua de la ciudad. Por ahí le erro y cuando alguien con respeto me hace una salvedad lo modifico».
Su fuente principal es internet. De ahí devienen la gran mayoría de las imágenes que tanto revuelo causan cuando son compartidas en Rosario en el Recuerdo. Algunas se las envían personas, y previo a chequear la procedencia pueden subirse también. Habiendo estudiado historia, tiene ciertas técnicas para encontrar fotografías que le son de gran ayuda y sus arduos rastreos son los que le permiten publicar algunos retratos desconocidos para muchos.
Su política es siempre que sabe «fehacientemente» de dónde provienen las fotos, anunciarlo. Pero si no, evitar el error. Otra de sus fuentes predilectas es el archivo de Joaquín Chiavazza. «Fue un fotógrafo de diarios populares de Rosario, el tipo tenía una calidad de trabajar lo cotidiano, se permitía la libertad de sacar a los chicos jugando o un baile popular. Dejó miles de testimonios», comentó.
Para Fernando, la prioridad es «la vida cotidiana». «Me interesan cosas como cómo se jugaba al carnaval en el 35, o un baile en los años 20», ejemplificó. Y no quiso dejar un dato muy significante: «El sentido de la foto se la da quien mira, no el que la sube o el fotógrafo». Por eso nunca sabe con qué respuesta se va a encontrar.
https://www.facebook.com/rosarioenelrecuerdo/photos/a.320273181362993/1702219993168298/?type=3&theater
Así le pasó con una imagen del edificio Comercial de Rosario, en la esquina de Córdoba y Oroño. «Está considerado una muestra de modernismos de la década del 37», contó. «Yo la puse pensando que iban a hablar de eso. En la foto sale un surtidor que está donde después estuvo la estación de servicio. Todos los comentarios fueron para el surtidor, que se acordaban de que existían esos surtidores a manivela y demás. El edificio pasó a ser un telón de fondo secundario», añadió.
Rosario en el Recuerdo se ha convertido con el paso del tiempo en una especie de anclaje a la ciudad de muchos rosarinos que viven por el mundo. «Me escriben y yo trato de contestarles», sostuvo. «Esta página le sirvió a mucha gente para recordar su infancia, sobre la década del 60 y 70», destacó con orgullo.
En cuanto al inicio de este proyecto, aseguró: «Yo llego a la historia porque me gustaba, pero lejos de convertirme en alguien melancólico o de creer que todo tiempo pasado fue mejor». Y reflexionó: «No hay que idealizar el pasado. Siempre hay que tener un criterio de presente y futuro, sin quedarnos en el pasado».
Por último, no perdió la oportunidad de aclarar: «Yo voy a seguir haciendo esto mientras siga teniendo pasión. Yo no gano nada por esto. Si se acaba la pasión, va a terminar. Como se terminan los amores». Pero por su tono y emoción a la hora de dar cada detalle es muy posible que aún le queden muchos años a esta historia de amor.