Por Enrique Genovar
Analizar el nuevo ciclo del entrenador por un partido es casi imposible. Claro que si no levanta el equipo el sábado la continuidad de Paulo Ferrari hasta podría ponerse en duda. Es que Central vive días frenéticos y no hay paciencia para nadie. Pero a los jugadores que puso el técnico desde el arranque en cancha de Colón, salvo Claudio Riaño y Emmanuel Ojeda, les faltó actitud.
Cuando llega un cuerpo técnico nuevo los ánimos suelen cambiar y los futbolistas que no venían jugando con el anterior suelen dejar todo en la primera oportunidad que tienen. Es que quieren demostrar al nuevo dueño del buzo que están para jugar como titular en su equipo. Pero en la derrota canalla ante Sol de Mayo esto no pasó.
La mayoría de los profesionales que fueron titulares jugaron para un aplazo. Y más allá de los horrores futbolísticos que mostró el equipo, lo que más llamó la atención es que a varios les faltó actitud. Actitud hasta para ir a trabar la pelota, actitud para hacer respetar la diferencia de categoría con el rival y actitud necesaria por el hecho de jugar con esa camiseta.
Muchos de los que jugaron y fueron parte de la vergonzosa eliminación no estuvieron a la altura. No solamente le dieron la razón al anterior cuerpo técnico (que no los ponía) sino que demostraron que no se la jugaron por el nuevo.
Central está en crisis desde hace un tiempo y la misma no para de agudizarse en cada presentación. Lo peor de todo es que el nuevo cuerpo técnico parece que tiene muy pocos jugadores en los cuales se deberá apoyar para revertir esto.