Las Naciones Unidas contabilizaron la muerte de 3.804 civiles durante 2018 producto del conflicto armado en Afganistán, lo que expresa un aumento del 11% respecto del año anterior y una cifra récord desde 2009.
La Misión de la ONU en Afganistán (Unama) difundió este domingo el informe 2018 sobre víctimas civiles en el conflicto afgano, en el que reveló que el año pasado 3.804 civiles murieron y 7.189 resultaron heridos, frente a los 3.438 civiles muertos y 7.015 heridos de 2017.
«El nivel de daño y sufrimiento causado a los civiles en Afganistán resulta muy preocupante y completamente inaceptable», afirmó el jefe de la Unama, Tadamichi Yamamoto, en el informe que a diferencia de otros años, fue difundido únicamente en internet.
Según el trabajo del organismo, las principales causas del aumento de víctimas civiles se debieron a «un repunte» de los ataques suicidas perpetrados por los insurgentes y al aumento también de los bombardeos aéreos de las fuerzas afganas e internacionales desplegadas en Afganistán.
La Unama atribuyó el 63% de las 10.993 víctimas civiles (entre muertos y heridos) a los insurgentes: 37% a los talibanes, 20% al grupo yihadista Estado Islámico (EI) y el restante 6% a acciones de grupos antigubernamentales sin identificar.
Culpó a las fuerzas progubernamentales de ser los responsables del 24% de las víctimas civiles y destacó que una de sus principales preocupaciones fue el incremento del número de niños muertos, que llegó a 927, la cifra más alta en la última década.
«El hecho de que el número de niños muertos este año sea el mayor registrado hasta el momento resulta especialmente chocante», subrayó en el informe la alta comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, informó la agencia de noticias EFE.