Las autoridades del ministerio de salud del Chubut confirmaron este jueves que «hace 24 días que no existen nuevos casos de hantavirus» y que el próximo 17 de febrero no quedarán vecinos en aislamiento respiratorio obligatorio, tras darse por superado el ciclo de incubación de la enfermedad, aunque técnicamente el brote recién concluirá el 11 de marzo.
Hoy hay 74 pobladores de distintas localidades que están aislados, pero mañana ese número bajará a 30 y el 4 de febrero a 19, en un cronograma que concluirá el 17 de febrero, según el detalle ofrecido en una conferencia abierta en la legislatura de Chubut.
Allí estuvieron el ministro de salud de Chubut, Adrián Pizzi, la directora provincial de Patologías Prevalentes y Epidemiología de esa cartera Teresa Strella, y los funcionarios del área programática Esquel Pablo Nouveau y Jorge Elías.
Strella confirmó que «el brote al día de hoy está estrictamente contenido» tras reivindicar como exitosa la medida de «aislamiento respiratorio selectivo» para los pobladores que dictó el juez penal de Esquel, Martín Zachino, a principios de enero ante un requerimiento de Pizzi ante el Ministerio Público Fiscal.
«Cuando decimos que el brote está estrictamente contenido es porque hace 24 días que no hay nuevos casos y el pico máximo se dio en la última semana de diciembre y principios de enero, pero una vez implementado el aislamiento el resultado fue inmediato», indicó Strella.
Los panelistas explicaron que el aislamiento se realizó para evitar que el brote se propague, tras confirmarse como principal hipótesis que el contagio se producía persona a persona y no desde ratón colilargo a los humanos, fenómeno que ocurre solo «en la especie del virus Andes sur».
En un momento se superaran los 100 pobladores con aislamiento respiratorio aunque el número fue bajando paulatinamente a medida que se fue completando el ciclo de incubación. Hoy quedan 74 y mañana 44 cumplirán la «cuarentena» y volverán a sus vidas normales, precisaron.
Durante la exposición, se confirmó que la cadena de contagio comenzó en un cumpleaños de 15 al que asistió un poblador con estado febril, quien había estado recolectando hongos en el bosque, una zona de riesgo.
«El hombre asistió para no fallar al compromiso social sin saber que estaba con la enfermedad y ahí comenzó la cadena de transmisión» explicó Elías.
La enfermedad, que se cobró 11 vidas y reportó 31 casos confirmados en Chubut, mereció un trabajo de campo que incluyó la colocación de trampas, la visita casa por casa con las personas que habían tenido vínculo e incluso reuniones en la escuela secundaria de Epuyén, epicentro del brote, que estaba en actividad cuando todo comenzó.