Valencia y Getafe jugaban por los cuartos de final de la Copa del Rey. Había promesa de buen fútbol, pero todo terminó en un escándalo que tuvo una brutal pelea entre jugadores de ambos equipos.
Los de Mestalla consiguieron anotar dos goles consiguiendo agónicamente el pase a la siguiente fase de la competición española, desatando la alegría de todos los valencianos. Sin embargo, tras el pitazo final, comenzó lo peor.
La cosa venía picada desde antes del partido, con fuertes y polémicas declaraciones desde ambos bandos. Fue un partido signado por la violencia: el árbitro sacó 10 amarillas y una tarjeta roja.
Era tanta la intensidad de las peleas que ni los agentes de seguridad pudieron frenarlas con facilidad. Corridas, empujones, golpes y hasta jugadores con sangre en su rostro: la triste imagen que arrojó el final del partido.