Por José Odisio
La llegada de refuerzos cuesta. Sin plata todo es más complejo, y entonces Bidoglio debe conformarse con lo que se puede traer, no en lo que pretende. Resignarse es parte del juego, aunque duela.
La dirigencia adelantó que llega Ribair Rodríguez, aún no pasó la revisión ni firmó, pero hacía falta anunciar un refuerzo, para calmar ansiedades internas y principalmente externas. Y el hincha, que está en general enojado, de alguna manera encuentra razones para aceptar a los que llegan.
Ribair no es un virtuoso con la pelota, Bidoglio hubiera preferido a Tito Canteros o Espinoza, pero nadie duda que es un jugador con patente uruguaya. Meter, a veces con exceso, forma parte de su gen. Y a Newell’s no le va a venir mal. Desde hace un tiempo en el Parque se reclama algún jugador de este tipo, en especial en los partidos trascendentes, como el del domingo ante Boca o en los Clásicos. Y Ribair puede encontrar en su temperamento la llave para ser un refuerzo válido.
Ahora hay que sumar algo más, alguien más. Si es volante debe tener buen pie; si es atacante se necesita que garantice gol. Para meter esta Ribair, uruguayo patentado.