El gobierno nacional anunció cambios en el sistema de recuento de votos de cara a las elecciones de este año y llamó a licitación para definir qué empresa desarrollará el software para la trasmisión de datos al centro de cómputos. Con un contrato por 1.200 millones de dólares, ganó Smartmatic, una compañía venezolana que quedó en más de una oportunidad envuelta en escándalos debido a «errores en los conteos» y «manipulación de datos».
Según informó el sitio Política Argentina, la empresa de Venezuela se encargará del envío de los datos desde los colegios al centro de cómputos y, como es costumbre desde la década del 90, el escrutinio definitivo quedará en manos de la española INDRA.
La firma de Venezuela se jacta de haber realizado 3.500 elecciones y haber procesado 3.700 millones de votos en todo el mundo. Era la encargada de realizar las elecciones en Venezuela desde 2004 y hasta 2017, cuando, a pesar de que se promociona como líder en la oferta de sistemas seguros, denunció que en las elecciones de la Asamblea Nacional Constituyente de Venezuela hubo “manipulación del dato de participación” electoral.
Un cable diplomático del 10 de julio de 2006 filtrado por Wikileaks planteó años atrás la duda sobre la compañía que se ocupará de proveer el software para la transmisión de los datos. Allí, se califica a la misma como “un enigma”, y que pasó de “ser una pequeña empresa de tecnología a convertirse un actor del mercado en pocos años, catapultada por su participación en el referendo revocatorio de agosto de 2004”.
El año pasado, en las elecciones de El Salvador, la empresa debió realizar nuevamente uno de los conteos, y tuvo que admitir que había habido errores. En un comunicado emitido en aquel entonces, la compañía admitió que se “volvió a procesar la información para que los nombres de los candidatos aparecieran con resultados reales”.
En 2012 en Bélgica ofreció el sistema de voto electrónico en la región de Flandes por un contrato de 40 millones de euros, pero terminó siendo multada por seis millones ya que el sistema presentaba «fallas técnicas».
Además cuenta con otros escándalos internacionales en Estados Unidos y Uganda, y Filipinas. En este último país, la empresa fue acusada de «acceso ilegal e interferencias en los sistemas» con sospechas de haber realizado fraude electoral en las presidenciales del año 2016.
A Argentina llegó en 2017 cuando Mauricio Macri estaba en el poder y el Estado le adquirió un sistema de control biométrico de electores utilizado en varias provincias del norte. En el pais proveen equipamiento de comunicaciones para la trasmisión de resultados electorales.
En redes sociales el especialista en seguridad informática Javier Smaldone aseguró que «un Gobierno que contrata a SmartMatic para sus elecciones, es pura y exclusivamente porque quiere hacer fraude».
La denuncia de Smartmatic contra Venezuela
Pese a contar con denuncias en su contra, la empresa venezolana también realizó una, contra el gobierno de Nicolás Maduro en 2017. En dichas elecciones, la compañía aseguró que hubo «manipulación del dato de participación».
Según los responsables de la empresa a cargo del sistema de voto electrónico empleado en la elección, «la diferencia entre la cantidad (de votos) anunciada y la que arroja el sistema» fue de «al menos un millón de electores». La denuncia la había realizado en una conferencia de prensa celebrada en Londres, el director ejecutivo de la compañía, Antonio Mugica.
Por su parte, desde Caracas, la presidenta del Consejo Nacional Electoral (CNE) de Venezuela, Tibisay Lucena, había rechazado las acusaciones de la compañía, que luego renunció a continuar brindando sus servicios en el país.