El nuevo gobernador de Río de Janeiro, Wilson Witzel, se mostró este jueves partidario de clasificar como terroristas a los traficantes de drogas y los criminales que llevan armas largas y aislarlos en una prisión al estilo de la de Guantánamo.
«Necesitamos tener nuestro Guantánamo», afirmó el controvertido gobernador, en referencia a la instalación carcelaria de Estados Unidos en el este de Cuba, que alberga a los detenidos acusados de terrorismo luego de los atentados del 11 de septiembre de 2001 y ha recibido múltiples acusaciones de violación de derechos humanos.
«Hay que colocar a los terroristas en lugares donde la sociedad se libre definitivamente de ellos», agregó en un discurso durante un acto en la Ciudad de la Policía, en la capital carioca.
Poco antes, propuso que los criminales que usen armas largas sean tratados también como terroristas. «Quien usa un fusil y no lleva uniforme es enemigo. Y quien usa un fusil porque quiere dominar un territorio es un terrorista, y así será tratado. Vamos a devolver la tranquilidad a todas las comunidades», prometió.
No es la primera vez que Witzel, que ganó con holgura las elecciones del 28 de octubre apoyado en la ola ultraconservadora que llevó al poder al ultraderechista Jair Bolsonaro, levanta la polémica con sus propuestas de combate a la disparada violencia que afecta a este populoso estado del sudeste de Brasil.
Días después de su elección, propuso recurrir a francotiradores de élite para matar a «criminales» que lleven armas largas, incluso en casos en los que no haya confrontación con las fuerzas del orden.
La ola de violencia que afecta a Río de Janeiro, el segundo estado más rico y el tercero más poblado del país, recrudeció después de los Juegos Olímpicos de 2016.
Brasil registró el año pasado 63.800 muertes violentas, 30,8 por cada 100.000 habitantes, aunque en Río la tasa es de 40,4/100.000, según la ONG Foro de Seguridad Pública.