El presidente de la Asociación de la Cadena de la Soja (Acsoja), Luis Zubizarreta, sostuvo que 2018 fue «un año muy complicado» para el cultivo de esa oleaginosa y sostuvo que el sector necesita «una clara decisión» de bajar las retenciones.
«Tuvimos un año muy complicado con la seca pero ademas tuvimos una decisión (por parte del Gobierno nacional) de aumentar el nivel de retenciones, por lo cual en un cultivo que tuvo mal año y con márgenes bajos, es un nuevo desincentivo a la inversión», indicó Zubizarreta en una entrevista con la agencia de noticias Télam.
El también presidente de la Cámara Argentina de Biocombustibles (Carbio) agregó que «creemos que tiene que haber una clara decisión de bajar las retenciones porque cada vez vamos a producir menos y habrá un menor incentivo para incluir tecnología en la producción.
En septiembre el Gobierno dispuso establecer derechos de exportación a todos los productos A una tasa de 3 a 4 pesos por dólar exportado.
En ese momento, la soja pagaba una alícuota del 25,5%, que decir el cronógrama oficial, hacía finales de 2019 iba a bajar hasta el 18%.
El gobierno decidió acelerar este proceso y llevar el impuesto al 18%, aunque le sumó la nueva tasa de retención, por lo que el tributo total que debe pagar la soja ronda el 25,5%.
Si bien Zubizarreta reconoció logros del Gobierno en materia de agro, como mantener un mercado libre de cambios, bajar los costos portuarios y que el productor reciba mejores precios por su producción, entre otras cosas, indicó que «hoy hay una situación en el mundo que es la tendencia hacia mercados más cerrados y el proteccionismo y eso la está padeciendo la agroindustria argentina».
Al respecto, consideró que «existe el riesgo de reprimarizacion de la producción si no toma decisiones inteligentes y concretas para seguir el camino hacia el supermercado del mundo, que es agregar valor a nuestra producción».
Zubizarreta explicó que «hay varios caminos» para evitar la reprimarización y uno de ellos es discutir con nuestros compradores una pauta arancelaria igualitaria.
«Uno de los caminos es que nuestros principales clientes necesitan nuestros alimentos y tendríamos que poder imponer a los compradores, junto con los países de la región, la discusión firme del 0 por 0. O sea, arancel 0 a determinados productos de los países que comercian entre sí», acotó.
«Otra camino es el diferencial arancelario. Como contramedida de la protección arancelaria hay que establecer un esquema impositivo en Argentina de retenciones más bajas para aquellos productos que pagan aranceles en otros países», adujo.
Zubizarreta concluyó que «hay que ver qué herramientas podemos utilizar para no quedarnos sin industria, porque para la cadena eso sería gravísimo».