Anoche llegó a la Argentina el presidente de Francia, Emmanuel Macron, para participar en la Cumbre del G20 en Buenos Aires. Pero al salir del avión tras un largo vuelo no encontró a nadie para recibirlo. Este jueves pasó lo mismo con el presidente español, Pedro Sánchez, aunque no tuvo tanta repercusión.
Tras la llegada de Macron, recién cuando el mandatario francés estaba a punto de subir a su auto oficial, apareció la vicepresidenta Gabriela Michetti para darle la bienvenida oficial. Allí intentó improvisar unas palabras en francés.
Al salir de la aeronave, Macron apenas recibió el saludo de un empleado de la pista de aterrizaje, vestido con un chaleco amarillo. Un Macron desconcertado y con gesto adusto se dirigió entonces al auto oficial con su esposa.
Finalmente Michetti llegó a la pista de aterrizaje y decidió apelar a sus conocimientos del francés para intentar congraciarse con Macron. Allí dijo que esperaba que la del G20 fuera una “trés bon reunión, a trés bon nivel”, al intentar invitar al mandatario a una reunión “del más alto nivel”, aunque la frase correcta hubiese sido que esperaba «réunions au plus haut niveau».
Tras la desprolija bienvenida, la vicepresidenta afirmó que hubo un problema de coordinación. «Teníamos que esperar que nos dijeran ‘¡Ahora!’ para ir a la alfombra roja a recibirlos. Estaba todo cronometrado, en teoría. Pero cuando nos dijeron ‘ahora’ ya se estaban metiendo en el auto», explicó anoche en diálogo con TN. “Me imagino que se deben haber sentido muy raros ahí, cuando bajaron y no había nada», completó.
Lo mismo con los españoles
Una situación muy similar se dio con la comitiva española, ya que cuando llegó el presidente español Pedro Sánchez, nadie había afuera del avión, por lo que subió al auto que lo esperaba y se retiró del aeropuerto.
Si bien es una posibilidad que esta situación se haya dado porque el avión de Pedro Sánchez llegó con pocos minutos de diferencia que el del presidente chino, Xi Jinping; no hay excusas para tales actos de desorganización, en uno de los eventos políticos más trascendentales del mundo.
Al ser el anfitrión de esta cumbre, Argentina esperaba dar una imagen diferente a la que nos tienen acostumbrados. Pero, lamentablemente, argentinos nacimos y argentinos moriremos, porque las interminables desprolijidades se mantienen firmes y no dan signos de cambio.
Pasó este último fin de semana en el partido más importante del fútbol americano, y volvió a pasar en uno de los eventos políticos más importantes en la historia del país. Las costumbres argentinas nos llevaron puestos.